“Nuestra nación es ahora es del tercer mundo y agoniza. ¡El sueño americano ha muerto! Los anarquistas de la extrema izquierda han robado nuestras elecciones presidenciales y el corazón de nuestro país. Los patriotas americanos están siendo arrestados y mantenidos en cautiverio como animales, mientras que a los criminales y matones izquierdistas se les permite vagar por las calles, matando y quemando sin consecuencias. Millones están invadiendo nuestras fronteras abiertas, muchos de las cárceles y las instituciones mentales. El crimen y la inflación están destruyendo nuestra forma de vida”.
De esta manera, Donald Trump comenzó a lanzar este sábado una bomba política que ya repercute en los Estados Unidos y en todo el mundo. Desde su red social, el expresidente volvió a cuestionar duramente la actualidad político económica y social de su país bajo la administración de Biden, pero también advirtió que será detenido el próximo martes.
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Hablando en tercera persona, pero haciendo clara referencia a él mismo, Trump aseguró que el principal candidato republicano “por lejos” y expresidente de los Estados Unidos de América “será arrestado el martes de la próxima semana”. El mensaje fue transmitido desde su red social Truth Social, donde suele comunicarse con sus partidarios. En este sentido, convocó a sus seguidores a manifestarse, aunque no dijo si considera que se pueda revertir la situación. “¡Protesta, recupera nuestra nación!”, arengó Trump en su comunicación.
El motivo detrás de la eventual detención estaría vinculado a un supuesto intento de soborno a la actriz pornográfica Stephanie Clifford, conocida en ambiente como “Stormy Daniel”. El caso que estudia la fiscalía de Manhattan es el de un pago de 130.000 dólares que Trump le habría dado a Clifford para que mantenga silencio sobre un encuentro sexual que habría tenido lugar hace casi dos décadas.
Hasta el momento, ningún exmandatario norteamericano ha sido imputado por un delito penal, por lo que, de avanzar el caso, sería la primera vez que algo semejante suceda.
En la opinión de Donald Trump, el proceso se basa en “filtraciones ilegales” de una “oficina corrupta y política”, con referencia a la fiscalía en cuestión. Para el expresidente, detrás de las acusaciones, que consideró “un viejo y desacreditado cuento de hadas”, se encuentra la mano del magnate George Soros, crítico de su gestión y de muchas de las posiciones de Trump.