Este mediodía, los jueces Daniel Sáez Zamora, Alejandra Ongaro y Andrés Olié, sentenciaron a cadena perpetua a Magdalena Espósito Valenti y a Abigail Páez por el asesinato del niño Lucio Dupuy, de cinco años de edad. Páez, pareja de Espósito Valenti (madre de la criatura), también fue condenada por “abuso sexual con acceso carnal”. La figura del “homicidio doblemente calificado por alevosía y ensañamiento”, que cayó sobre ambas, no dejó tranquilo al abuelo de la víctima. Él está convencido de que la “alevosía” y el “ensañamiento” en cuestión, tuvieron lugar por la condición de varoncito del niño, al que le destruyeron hasta los genitales. Aunque no se puede hablar de justicia, ya que sería imposible en este caso, al menos se puede decir que hubo consuelo. Los abogados consideran que las asesinas de Lucio “no saldrán más”.
El horror alrededor del caso empezó de un primer momento. Cuando el niño ingresó fallecido al hospital, la primera versión de Páez fue que había entrado un ladrón a la casa y que había golpeado salvajemente a Lucio. Claro que el relato no se mantuvo ni siquiera unas horas. Los chats de los teléfonos secuestrados, además de la descomunal evidencia encontrada en la vivienda (hasta ADN del niño en los juguetes sexuales de la pareja), no dejaron lugar a dudas. “En mis casi 30 años de profesión nunca vi algo así”, dijo luego de la autopsia el experimentado forense Juan Carlos Toulouse.
Aunque existió una lesión puntual que le provocó la muerte aquel 26 de noviembre de 2021, el cuerpo forense pudo constatar que el niño venía padeciendo un calvario permanente. Muchas de las fotos que trascendieron luego del fatídico hecho, mostraron que el pequeño Lucio vivía con distintas lesiones en su cuerpecito. En las charlas entre ambas, que hoy fueron publicadas en los medios nacionales, quedó en evidencia que él era para ellas una molestia. En varias ocasiones reconocieron que querían que “desapareciera”, ya que lo consideraban un estorbo para la relación.
“Podemos hablar con un juez y darlo en adopción. Para mí, esa sería la mejor opción. Y explicarle que lo intentaste y no estabas preparada y sabés que con el padre no iba a estar bien criado”, le dijo Páez a Valenti en una de las charlas recogidas por la justicia. Sin embargo, la madre del niño se negó, ya que no quería sentirse “juzgada” por entregar a su hijo. En muchas otras conversaciones, Páez le contaba que había golpeado al niño, ya que supuestamente “se portaba mal”. En los espeluznantes diálogos, Valenti le daba la razón a su novia y culpaba al niño por su comportamiento. Según los intercambios telefónicos que obtuvo la justicia, hasta lo golpearon porque un día casi se cae de la moto en que lo transportaban.
Según la familia paterna, que se le negó la tenencia, la pareja de lesbianas se habría quedado con el niño solamente para molestar al padre. Para Ramón Dupuy, abuelo de la víctima, detrás de todo esto hay un odio de las asesinas de Lucio a los hombres: “No estoy conforme con que no se haya sumado el agravante por odio de género, lo mataron por ser varón”, señaló.
Para la familia Dupuy, este caso será una bisagra en la justicia. Ojalá así sea. Seguramente, ahora comience el proceso de acusación contra la jueza que consideró que Lucio debía estar al cuidado de estas dos bestias incalificables.