¿Puede gobernar un presidente que no tiene poder político suficiente para echar a un funcionario? ¿Qué credibilidad tiene un mandatario que le toca soportar a un ministro del Interior que no le dirige la palabra? Estas cuestiones, absolutamente inaceptables para cualquier país más o menos normal, ocurren en Argentina. Lo insólito es que Alberto Fernández sigue insistiendo con su sueño de reelección. Complicado objetivo para el presidente peronista, que no puede ni convencer a la tropa propia.
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Los tironeos en el Frente de Todos entre los referentes kirchneristas y albertistas no son nuevos. Ya en el área de Energía tuvieron lugar varios desencuentros, donde los funcionarios cristinistas lograron imponerse en las disputas internas. Sin embargo, el presidente se las arregló para tratar de mantenerse al margen, aunque sus subalternos hayan sido humillados en reiteradas ocasiones por sus colegas que responden a “la jefa”. Llegando al final de la gestión, Alberto Fernández no pudo esquivar al destino y quedó en evidencia como lo que es: el presidente más débil de la historia argentina.
Si hablamos de Eduardo “Wado” de Pedro, ministro del Interior del cocoliche de coalición gobernante, y sus desencuentros con Fernández, también encontramos conflictos de larga data. Luego de la estrepitosa derrota en las elecciones de medio término en 2021, el funcionario fue uno de los que redactaron la carta de renuncia que enviaron a los medios, dando a entender que la culpa del desastre era del presidente y no de su vice. Aunque Alberto pudo retenerlos, la autoridad presidencial quedó absolutamente devaluada.
Recientemente, durante la visita al país de Luiz Inácio Lula da Silva, Fernández se hizo el guapo y no invitó a su ministro a una reunión con el mandatario de Brasil. Lejos de agachar la cabeza, el titular de la cartera de Interior hizo trascender su enojo y hasta acusó al presidente de una supuesta “falta de códigos” por dejarlo afuera. El contexto del desaire habría sido la eventual precandidatura en la próxima primaria peronista, donde de Pedro podría ser el candidato de Cristina. Vale recordar que la vicepresidente dijo que no competirá en las elecciones.
Con las críticas del ministro en los medios, la encargada de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, salió a cruzar a Wado: le dijo que se decida si forma parte del gobierno que encabeza Alberto Fernández o no. Aunque el ministro del Interior decidió bajar el nivel de hostilidades públicas, esta mañana el país se enteró de las consecuencias del cortocircuito. El mismo presidente reconoció que Wado de Pedro no le dirige la palabra.
Podría haber salido “con el cassette”, diciendo que habla con sus ministros cuando debe y que no hay más que aclarar al respecto. Pero evidentemente la situación ya se ha salido por completo de control, por lo que el mismo mandatario tuvo que reconocer que no se cruza palabras con su ministro del Interior.
“¿Qué sentido tiene ministros que no hablan con el presidente?”, preguntó sorprendida la periodista María O’Donnell. “No sé, preguntale a Wado”, respondió Fernández como si se tratara de una diferencia entre dos niños de escuela primaria.
“No tengo idea. Yo soy presidente. Con el presidente hablo todos los días”, remató sonriendo el mandatario.
Sólo en Argentina…
Tremendooooooooo
Tremendo lo de Alberto Fernández sobre Wado de Pedro pic.twitter.com/dsfsIKWu2S— Facundo Chaves (@facundochavesro) February 6, 2023