Lo sucedido esta semana en Río Negro, con los gauchos que echaron a caballo y rebencazos a un grupo de invasores de izquierda y kirchneristas, abre un serio debate en Argentina. Ya no se trata solamente de la necesidad de la seguridad privada ante la inacción del Estado, sino también de la necesidad de defenderse de esta suerte de pandillas que han sido amparadas y fomentadas por el aparato gubernamental. ¿Apareció en Argentina el anarcocapitalismo gauchesco como forma de defensa?
- Lea también: ¿Quién tiene la culpa si hay reelección de Kicillof? ¿Espert, Milei o JxC?
- Lea también: ¿Qué se compra con dos mil pesos hoy en día?
Los debates sobre la organización social sin la presencia del monopolio de la fuerza no son nuevos. Lysander Spooner, ya en el siglo XIX, explicaba la necesidad de encontrar un modelo alternativo al del Estado como lo conocemos. A pesar de haber escrito en un mundo muy diferente al de hoy, sus planteos resultan muy vigentes.
En Argentina, el desastre que dejó el kirchnerismo es peor a lo que podría denominarse como el de un “Estado fallido”. Ya no solamente fracasa en sus objetivos básicos, sino que fomenta los elementos hostiles contra la sociedad civil. Absolutamente mezclado con el gobierno y el partido en el poder, el Estado argentino volvió a su versión fascista de los cuarenta y los cincuenta con el primer peronismo y manda hordas a “controlar los precios”, siendo ellos los responsables de la destrucción de la moneda.
Afortunadamente, el grupo faccioso que copó las estructuras del Estado, no ha tenido nunca la suficiente fuerza como para modificar los aspectos institucionales del país. Como fracasaron con la intención de reformar el Ministerio Público Fiscal, tampoco pudieron hacerle modificaciones a la Constitución Nacional. Por lo tanto, cuando los conflictos que ellos mismos generan llegan a la justicia y a la Corte Suprema, el kirchnerismo tendrá siempre las de perder.
Aunque el oficialismo proteste contra la mansión de Joe Lewis en el sur y sus grupos de choque vayan a hacer estupideces a Río Negro con discursos nacionalistas demodé, lo cierto es que, legalmente, no tienen ninguna carta entre sus manos.
Esta semana, una de las tantas patotas formadas por militantes kirchneristas e izquierdistas, vulneró uno de los ingresos al predio de Lewis, ante la predecible inacción de las fuerzas policiales. Sin embargo, los invasores fueron repelidos por un grupo de gauchos que, luego de advertirles que debían retirarse por las buenas, procedieron al desalojo a fuerza de caballo y rebenque.
Lo gracioso es que mientras la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, hacía referencia a los terrenos del magnate extranjero, como si se tratara de la “antipatria” misma, los militantes kirchneristas eran expulsados por la representación literal viva del gaucho argentino. Ni las apelaciones a las imágenes patriotas le salen bien al oficialismo.
Más allá de las humoradas en las redes y de las celebraciones a los gauchos argentinos, lo cierto es que la degradación y el peligro que fomenta el gobierno es más que preocupante. Ya no alcanza con contar con mecanismos privados para garantizar nuestros derechos constitucionales, sino que hay que utilizarlos en defensa de los mismos grupos que el gobierno fogonea, en el marco de su trasnochada agenda política.
Épico!!! Gauchos corrieron a un grupo de terroristas kirchneristas que que querían tomar una propiedad privada en Lago Escondido. 👏👊 pic.twitter.com/AnepWCFbKr
— INDIGNADO (@indignadoxd) February 2, 2023
Que postal que nos regalaron los zurdos, esta para enmarcar pic.twitter.com/eN9q6X9n2u
— ABDON (@AlberdianoArg) February 3, 2023