Si bien el fervor por la selección de Lionel Scaloni es total en Argentina, puede que no sea el lugar en el mundo con más simpatizantes de la celeste y blanca. En Bangladesh, donde viven más de 166 millones de personas, la locura parece que es peor. Luego de los últimos dos triunfos argentinos, que ya consiguieron el pase a los octavos de final en el mundial de Catar 2022, en aquel rincón del sur de Asia los festejos fueron más intensos incluso, llegando hasta altas horas de la madrugada. La política en Buenos Aires está desesperada por capitalizar algo de todo esto, y la izquierda no es la excepción. El fenómeno asiático fue interpretado por una diputada comunista que les encontró una teoría rebuscada a los apasionados hinchas de Bangladesh.
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Myriam Bregman comenzó su explicación con signos de interrogación: “¿Por qué nos bancan tanto?”, se preguntó sobre la pasión con la que viven cada partido de nuestro seleccionado en un lugar tan lejano. Para empezar, la diputada ya deja en evidencia dos cuestiones que muestran su intención de subirse a la fiebre mundialista. Tanto ella como sus compañeros de tribuna política no tienen a la Argentina como un espacio de representación propio. Cualquier apelación a un “nosotros” por parte de la izquierda dura hace referencia a otro colectivo: el de la supuesta clase trabajadora y explotada. Esto no es una crítica conceptual desde el nacionalismo. Ella y su entorno pueden sentir lo que quieran con respecto a su país, la bandera, el himno y sus símbolos y tiene la libertad de encontrar afinidad con otros colectivos, lo que no puede dejar de decirse es que su “nos” con respecto a Argentina en el mundial, parece más de un marketing capitalista que otra cosa.
Otro elemento rebuscado es la importancia que de repente tomó el fútbol para los legisladores de la izquierda. En otro momento, si uno les hubiera preguntado sobre todo lo que gira alrededor de este deporte, seguramente habrían respondido que es otro “opio de los pueblos”, como la religión para Marx, mezclado con negocio y capitalismo explotador. Pero el mundial es el mundial y todo parece indicar que hay que dejar un poco de lado las convicciones más puritanas.
Son las 3 de la mañana en Bangladesh, pero todo el país está en las calles celebrando la clasificación de Argentina. Están festejando más que nosotros mismos. Es impresionante. pic.twitter.com/xuyk82jfd4
— Agustín Antonetti (@agusantonetti) November 30, 2022
Para Bregman, los hinchas argentinos en Bangladesh no se explican ni por Messi, ni por nada del mundo actual. “Los pueblos que hoy forman India, Pakistán y Bangladesh fueron colonias británicas hasta 1947. Los dos siglos de ese dominio fueron épocas de una enorme opresión para la región. En la segunda guerra mundial, Inglaterra llegó a confiscar cosechas y barcos a todo el pueblo bengalí”, señaló la diputada.
En su tesis, los años de sufrimiento colonial llevaron a que se festeje el triunfo de la selección argentina contra Inglaterra en 1986, como una venganza ante los históricos opresores.
“La combinación de más de 200 años de humillaciones por parte del Imperio Británico y la pasión por el fútbol hizo que millones se enamoren de Argentina y vivan cada partido como si fuera propio. También cierta semejanza con América Latina, un continente que sufre la explotación de los países imperialistas, vía el extractivismo y la deuda externa”, aseguró Bregman.
Poniéndole el broche de oro a su comentario, la diputada dice que, por todo esto, nos genera tanta simpatía ver esos enormes festejos que se dan del otro lado del mundo cada vez que juega Argentina.
¿Cómo terminó la reflexión de la dirigente trotskista? Como tenía que terminar: “¡Fuera ingleses de Malvinas, fuera yankees de América Latina!”. ¿Qué tendrá que ver? Ella sabrá…