Si hay un lugar en el que la política argentina casi no tiene grieta es con todo lo que tiene que ver con la década del setenta. Con toda esta cuestión, el kirchnerismo impone su verdad tuerta y el macrismo no dice nada, a pesar del disgusto de muchos de sus votantes. Hasta hace poco, Juntos por el Cambio usufructuaba un monopolio del electorado opositor desencantado que de a poco se termina. En la sesión de hoy en la Cámara de Diputados, el liberal José Luis Espert volvió a dar la nota, dándole voz a la posición de muchos argentinos que hasta hace poco no tenían representación parlamentaria. El economista decidió quedarse sentado, cuando el resto del cuerpo se paraba en homenaje a Hebe de Bonafini. Como si fuera poco, pidió la palabra y fundamentó su posición ante la indignación total del kirchnerismo.
En su discurso, aclaró que le enviaba el más sentido pésame a los familiares de la titular de Madres de Plaza de Mayo, pero aclaró que allí estaban sentados como “representantes” del pueblo, por lo que había que dejar en claro ciertas cuestiones sobre Bonafini, que ninguno de los diputados preopinantes recordó. Ante los gritos de los legisladores oficialistas y el silencio de tumba de los diputados del principal bloque “opositor”, Espert recordó tanto las manifestaciones deplorables de la homenajeada, como los delitos de su organización, que malversó fondos públicos que debían destinarse a viviendas sociales que no se construyeron.
A lo largo de cinco minutos acalorados, el diputado liberal resaltó el defalco del programa Sueños Compartidos, que Bonafini compartía con Sergio Shoklender y recordó que, además de las personas que no recibieron su vivienda, muchos trabajadores que se desempeñaban en la iniciativa fueron despedidos sin pago. Lógicamente, también señaló el festejo de Bonafini el día que cayeron las Torres Gemelas y sus manifestaciones xenófobas cuando corrió de Plaza de Mayo a un grupo de bolivianos al grito de “¡Váyanse, bolitas de mierda que la Plaza es nuestra!”.
Mientras tanto, el kirchnerismo seguía gritando ante un macrismo callado, a pesar que Hebe llegó hasta pedir que prueben las pistolas eléctricas de las fuerzas de seguridad en el cuerpo de Antonia, la hija de Macri que tenía entonces cuatro años.
“Escucho emotivos discursos que ponen a la señora Bonafini como una suerte de prócer de los derechos humanos. Me pregunto, ¿vamos a honrar el fraude? ¿Vamos a honrar la corrupción? ¿Vamos a homenajear a una persona que ha sido una verdadera deshonra para la Nación?”, preguntó Espert ante la indignación de la bancada kirchnerista, que hasta hace poco no tenía desafíos semejantes en el Poder Legislativo.
Falleció Hebe de Bonafini y la muerte de ningún ser humano debe festejarse, pero tenemos que admitir que no es una prócer de los derechos humanos.
¿Vamos a honrar el fraude, la corrupción y a homenajear a una persona que ha sido una verdadera deshonra para esta Nación? pic.twitter.com/0jIzntkmky— José Luis Espert (@jlespert) November 24, 2022