“Desígnese para integrar el Consejo de la Magistratura de la Nación, como miembros titulares a la senadora María Inés Pilatti Vergara y a los Senadores Mariano Recalde, Eduardo Alejandro Vischi y Claudio Martín Doñate”, señala el documento emitido por la Cámara de Senadores. El dictamente que se observa en el texto es claro y no deja dudas sobre la última maniobera de Cristina Fernández de Kirchner: ignorar abiertamente el fallo de la Corte Suprema de Justicia, que le dio la razón a Luis Juez y a Juntos por el Cambio.
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Cabe recordar que, para quedarse con las representaciones de la mayoría y la minoría en el órgano que nombra y juzga a los magistrados, el oficialismo decidió dividirse de la noche a la mañana en dos bloques diferentes en la Cámara alta. Dicha táctica tenía como finalidad dejar a la oposición sin representación en el Consejo de la Magistratura. Lógicamente, la cuestión llegó a la justicia y, al involucrarse y estudiar el caso, el máximo tribunal fue claro con lo que se evidención tras esta “ruptura” en el bloque del Frente de Todos. “Maniobra manipulativa” y “ardid”, fueron tan solo algunos calificativos que usó la Corte para describir el burdo intento del kirchnerismo por acaparar toda la representación en un espacio que podría jugar un rol fundamental en el futuro de CFK.
Sin embargo, cuando la novela barata parecía haber llegado a su final, CFK decidió literalmente ignorar la resolución e insistir con la postulación de Claudio Martín Doñate. Como si fuera poco, la vicepresidente se encuentra a cargo del Poder Ejecutivo, dado la ausencia de Alberto Fernández que se encuentra en el exterior.
Una vez más, Juntos por el Cambio reclamará en la justicia, pero el kirchnerismo, encaprichado, dice que no obedecerá ninguna resolución. Se emparan en otro fallo de la Corte que dice que el Senado puede decidir “su propio reglamento e interpretarlo en cuanto a su observancia y aplicación”. Claro que, una cosa es el reglamento y otra cosa es la trampa impune que hicieron para quedarse con toda la representación de la Cámara alta en el Consejo de la Magistratura.
Toda la cuestión es para algunos analistas un “conflicto entre poderes del Estado”. Otros, un poco más directos, señalan que la maniobra es comparable a un “golpe”. El argumento no es muy rebuscado. Es que la Corte es la última autoridad en materia de interpretación constitucional y lo que está haciendo CFK es desautorizarlo.
Igualmente, no queda mucho tiempo para que esto se resuelva o vuele todo por los aires. El mandato de los actuales consejeros vence dentro de dos días. Con el tiempo cumplido de las autoridades vigentes, deberían jurar sus reemplazos. Como viene la cosa, no sería descabellado que se presenten ambos, tanto Juez como Doñate, escribiendo una nueva página en los anales de los escándalos políticos de la República Argentina.