Buenos recursos humanos y economía desastrosa que expulsa a los creativos, talentosos, incluso hasta a los ciudadanos de a pie que buscan un mejor porvenir, así es la triste historia del fracaso de la economía estatista de Argentina. Esta mañana, Lionel Scaloni presentó la lista de convocados para el mundial y su equipo ya se ganó el mote de “la selección europea”. Es que solamente un jugador, Franco Armani (arquero de River Plate), se desempeña en el fútbol local. Todos los demás emigraron al exterior. Es que este país no puede afrontar, ni por casualidad, los salarios que pueden cobrar en otras naciones.
La historia es muy conocida desde la salida de la convertibilidad: los jóvenes talentosos del fútbol, que dejan en evidencia la presencia de un “futuro europeo”, juegan solamente los primeros años en sus clubes de origen. Luego recorren su carrera en el exterior, donde hacen una diferencia económica para la subsistencia familiar en los años de esplendor. Finalmente, algunos, los más agradecidos con sus clubes que le dieron la oportunidad, vuelven con los últimos cartuchos para deleitar a los hinchas por pocos meses antes del retiro.
Pocas estrellas cobran salarios en dólares en Argentina, pero todo es un problema. Una economía pesificada, devaluada y descapitalizada, no puede retener a los grandes talentos, que terminan jugando en el exterior. No hay reclamos aquí. Los hinchas comprenden, los dirigentes también y nadie culpa a los profesionales que buscan un mejor porvenir. Solamente se les pide el retorno nostálgico antes de colgar los botines. Lo único que falta es que algún kirchnerista trasnochado cualquier día proponga la “prohibición” de la “exportación” de jugadores argentinos al mundo. Ganas no les faltarán a más de uno.
Los compañeros que disputarán junto a Franco Armani el mundial de Catar con la selección europea son:
En el arco: Martínez (Inglaterra) y Rulli (España). En la defensa: Molina, Montiel, Acuña, Pezzella y Foyth (España), Romero y Martínez (Inglaterra), Otamendi (Portugal) y Tagliafico (Francia). Mediocamistas: De Paul y Rodríguez, Gómez (España), Paredes (Italia), Mac Allister (Inglaterra), Palacios (Alemania) y Fernández (Portugal). Adelante: Messi (Francia), Martínez, Di María, Dybala, González y Correa (Italia) y Álvarez (Inglaterra).
La cuestión de la “selección europea” es una muestra de la decadencia económica nacional. No se trata de una denominación frívola, sino que es un asunto muy serio. Expresa el fenómeno que hace que muchos argentinos de lo que en su momento fue una “clase media” vean emigrar a sus hijos, que van a vivir y a trabajar a otro país. En el eslabón más fino, esta economía descapitalizada y sin moneda deja en evidencia el problema de la pobreza creciente, que ya afecta a la mitad de un país que tiene un potencial descomunal.