Estados Unidos le bajó el pulgar al partido de gobierno en Paraguay. Aunque la noticia del día fue la renuncia del vicepresidente Hugo Velázquez, considerado como un político “significativamente corrupto” por la embajada del norte, las implicancias políticas van mucho más allá. Es que Velázquez, además de ser el segundo del presidente Mario Abdo Benítez, era el candidato a sucederlo por la facción del actual mandatario en la interna colorada.
Sin embargo, el espacio del expresidente Horacio Cartes, que nuevamente postulará para la primaria al economista Santiago Peña por la lista de “Honor Colorado”, también está muy golpeado. Es que el líder del sector (jefe de Estado entre 2013 y 2018) es otro de los que Estados Unidos puso en la lista negra recientemente. Cabe destacar que el Secretario de Estado, mediante la Embajada de EE. UU. en Asunción, le aplicó el mismo protocolo el mes pasado a Cartes, que hoy pesa sobre Velázquez: cartel de “significativamente corrupto” al pecho y revocación de la visa para ingresar al país.
Es decir, las dos listas que disputarán la interna de la Asociación Nacional Republicana (que gobernó el país ininterrumpidamente desde el retorno a la democracia en 1989, con la única excepción del período de Fernando Lugo, que concluyó Federico Franco) están en crisis: una por el duro golpe al líder del espacio y otra por la renuncia del candidato a presidente. Y las normativas no permiten a esta altura que el partido pueda presentar otras opciones: o van a la unidad colorada o van a disputarle la presidencial a la concertación opositora con las acciones en baja.
Aunque las autoridades estadounidenses tengan pruebas sobre los hechos de corrupción que le imputan al vicepresidente (un soborno de un millón de dólares para evitar una investigación), sería muy ingenuo pensar que Estados Unidos descubrió el mes pasado la corrupción de la política paraguaya. Estas dos acciones son el golpe de gracia para el partido hegemónico y la puerta abierta a la alternancia para una oposición que nunca pudo arrebatarle el poder a los colorados, salvo aquella alianza entre el Partido Liberal Radical Auténtico y el espacio de Lugo entre 2008 y 2013.
Efraín Alegre, precandidato por el PLRA dentro de la concertación opositora, por estas horas se frota las manos. El presidente del Partido Liberal ya fue candidato en las elecciones pasadas, y aunque todas las encuestas anticipaban que perdería por una gran diferencia, forzó a Abdo Benítez a una elección muy ajustada. Dado que la estructura partidaria de su espacio es superior a la del resto de los partidos del frente, lo más probable es que Alegre sea el candidato opositor para las elecciones del 30 de abril del próximo año. De ser así, enfrentará a la versión más debilitada del Partido Colorado, que acaba de caer en desgracia como nunca en su historia.