La tiranía de Corea del Norte reconoció que tuvo casi cinco millones de infectados por coronavirus, pero que solamente setenta y cuatro personas fallecieron a causa de la enfermedad. Claro que estos números no tienen sentido, como no lo tiene nada de lo que dice el sanguinario y delirante régimen de Kim Jong-un.
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Lo hermético de la dictadura hace que, a pesar de que la dinastía comunista ya tenga casi siete décadas en ejercicio y tres generaciones en el poder, poco se sepa sobre lo que el gobierno le dice a su gente. Existen versiones de que a los niños les enseñan en la escuela primaria que los líderes tienen poderes sobrenaturales, y no son pocos los que aseguran que los estudiantes tienen que leer en su primera infancia delirios como que Kim Il-sung no iba al baño como hacemos el resto de los seres humanos. Aunque suena increíble, todo es posible si hablamos del manicomio a cielo abierto que es Corea del Norte.
Evidentemente, los burócratas del régimen no están muy bien de la cabeza, ya que, además de inventarle locuras delirantes a sus pobres y sufridos ciudadanos, también permiten de vez en cuando que el mundo sea testigo de todo este desquicio. En un video transmitido para la televisión local, que ya se replicó en todo el planeta, se vio a la poderosa hermana del líder, Kim Yo-jong, contar la experiencia del dictador con el coronavirus, en el marco de una insólita amenaza a Corea del Sur.
Ante el llanto forzado de los funcionarios del régimen, la dirigente comunista aseguró que Kim Jong-un sufrió de graves episodios febriles, pero que el mandatario no pudo acostarse a descansar. Teóricamente, la preocupación del déspota por las necesidades de su pueblo, hizo que Kim no pudiera estar en la cama durante su cuadro de COVID-19.
Ante la mirada atenta del hombre fuerte del régimen, evidentemente recuperado de la supuesta enfermedad, Kim Yo-jong tuvo la desfachatez de responsabilizar a Corea del Sur por la epidemia del coronavirus en territorio norcoreano. Impunemente, la hermana del líder dijo que los vecinos “enviaron” el virus en billetes de dólares que circularon en el país, pero que también lo hicieron mediante globos que cruzaron las fronteras.
En el marco del anuncio de la “victoria” ante la enfermedad, como si se tratara de un conflicto bélico, la hija y nieta de los próceres nacionales lanzó una esquizofrénica amenaza. Dijo que, si los vecinos capitalistas continúan infectando de coronavirus a su país, ellos procederán a eliminar a las autoridades políticas de Corea del Sur, como lo hicieron con el virus. Creer o reventar…
Lógicamente, el gobierno surcoreano respondió a las acusaciones diciendo que carecen de todo fundamento.