La salida de Martín Guzmán y la llegada de Silvina Batakis al ministerio de Economía argentino dejó en evidencia la problemática estructural que sufre el país. A la endeble cantidad de reservas (que para muchos especialistas son directamente negativas) y a la crisis de confianza en el mediano plazo, se le agregó una corrida que llevó el dólar blue a 340 pesos y el gobierno volvió a entrar en crisis.
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Sin cajas que poder manotear para conseguir algo de divisas que calmen al mercado, los distintos sectores del Frente de Todos comenzaron a mirar los silobolsas de soja de los productores agropecuarios con distintas ideas: los más impresentables propusieron la coerción y el saqueo y los más “civilizados” algún incentivo para que el campo quiera liquidar a la brevedad. Así nació el nuevo “dólar sojero”, el último invento delirante del gobierno argentino.
Este nuevo tipo de cambio se suma a los ya insólitos “dólar Netflix”, “dólar turista” (uno para los argentinos en el exterior y otros para los extranjeros en el país), “dólar blue”, “dólar bolsa”, “dólar tarjeta”, “dólar solidario”, “dólar cripto” o “dólar oficial”, que confunden a cualquier persona del mundo que pretende entender medianamente la locura en este país o sobrevivir en ella.
El incentivo para fomentar la liquidación de la cosecha viene a ser el resultado de una complicada ecuación: los productores que liquiden su producción ahora, al pagar el 33 % de retenciones, podrán depositar el 70m % de los pesos a una tasa que equivale a la devaluación diaria de la moneda nacional. Con el 30 % que queda, tendrán acceso a comprar “dólar solidario”, que es el que se les vende de a 200 a las personas registradas en la economía formal y es el resultado del oficial más impuestos (suele terminar en un punto intermedio entre el “oficial” y el “blue”).
Los especialistas conocedores del sector aseguran que la medida no generará demasiada expectativa. Es que, al fin de cuentas y con los números de hoy, el dólar real promedio que se llevarían sería de un equivalente a 110 pesos, mientras que antes del anuncio era de 85. Sin la posibilidad de la operación denominada “rulo” (pasar “solidarios” al “bolsa”), lo único que puede resultar interesante en el nuevo panorama es que se demore la devaluación del oficial, que no sería más que el reconocimiento de la situación actual. Al menos, con el 30 % de los pesos con los que los productores podrían acceder al “solidario”, por ahora, al tener anclado el oficial, el promedio entre el blue y el del Banco Nación —ante la disparada de la última semana— da más cerca del ficticio de los 130, que del real que está por encima de los 300. Al menos, con ese porcentual, podrían hacer alguna diferencia.
¿Todo el último párrafo le pareció confuso y necesita leerlo de nuevo detenidamente como para entender algo? Bueno, a los productores agropecuarios les pasó lo mismo. Es por esto que, esta mañana, ya advirtieron que la iniciativa anunciada ayer a la tarde es de “difícil implementación”.
Igualmente, por más o menos divisas que consiga el Estado con esta atolondrada iniciativa, lo cierto es que no cambia la situación de fondo y se profundiza la soja dependencia del déficit fiscal estructural que tiene la Argentina.