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Alberto Fernández quedó desnudo. La analogía con “el rey” no viene al caso, porque el presidente formal de la República Argentina jamás tuvo el mando, ni el poder, desde que asumió. Justamente, sobre ese asunto fue el último “palo” que Cristina Fernández de Kirchner, la reina en los papeles, le pegó al que fuera su compañero de fórmula en 2019. Una vez más, la vicepresidente castigó al mandatario por su supuesta falta de liderazgo y las consecuencias no tardaron en llegar: renunció el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Todo parecía indicar que la noticia del día sería el discurso de Kirchner en uno de los homenajes a Juan Domingo Perón, luego del aniversario de su fallecimiento, pero el ministro (o exministro, hay que esperar que Alberto acepte la renuncia) le quitó algo del protagonismo de la jornada. Luego que CFK dijera que Perón nunca soltó “la lapicera”, haciendo referencia a su liderazgo político, y comparándolo con Alberto (que supuestamente no lo tiene), el ministro dejó su cargo.
Guzmán subió a sus redes sociales una extensa carta, que parece haber tenido desde hace tiempo, en la que le agradece al presidente su confianza y repasa lo que considera que fueron los logros de su gestión. Si hubo alguno, lo cierto es que no está mencionado en el documento. Lo mejor que le salió al economista fue resistir los embates de Cristina y La Cámpora por casi tres años. Desde un primer momento, Kirchner lo quería afuera. Hoy, a un año de las próximas elecciones, la salida se hizo realidad. Alberto perdió al único sostén importante que le quedaba dentro del gabinete.
Tras confirmarse la salida, el economista Gustavo Lazzari señaló que no es demasiado relevante el nombre del reemplazante. En su opinión, “lo importante es quien asume realmente la presidencia”. Para el especialista, si la que toma las riendas es la vicepresidente, la cotización del dólar, sea cual sea el próximo lunes, “es barata”.
