La tarde de hoy arroja diversas noticias económicas en Argentina. Todas son malas, claro. Sin embargo, más allá de este denominador común, hay otra cuestión más importante que une a todas estas informaciones. Absolutamente todo lo que acontece tiene el mismo problema de raíz: el estatismo exacerbado que termina en el déficit fiscal (y sus tradicionales consecuencias). Todos los males que se cuentan por separado tienen la misma causa, que, hasta que no se resuelva, absolutamente nada cambiará.
Por un lado, el dólar cerró en otro récord histórico. La divisa norteamericana alcanzó hoy en la city porteña los 232 pesos por unidad y nada parece que pueda marcar un freno en las próximas jornadas. Sin mucho más que hacer que continuar interviniendo en el mercado secundario de deuda, ante la salida de los fondos privados de sus posiciones, el titular del Banco Central confirmó hoy otra triste estrategia: sostener artificialmente el “precio” de los bonos públicos. Algo que puede mantener una rentabilidad en el corto plazo, pero que evidencia la improvisación del gobierno ante sus clásicas necesidades.
Por otra parte, las empresas se madrugaron hoy con la novedad que el gobierno, mediante sus tradicionales herramientas, limitará aún más el acceso a las divisas para las importaciones. El baldazo de agua fría tiene que ver, justamente, con la temperatura. Buscan cubrir una diferencia de 1200 millones de dólares para poder pagar el abastecimiento energético inmediato. Para eso necesitan, por lo pronto, 2000 millones de dólares hasta octubre. El año pasado, para el mes de julio, el Estado tuvo que utilizar 720 millones de dólares. Luego, 800 millones en agosto y 450 millones en septiembre, donde la primavera pudo darle un respiro a las urgencias económicas de un Estado con sus números en rojo.
Desde Alemania, un mensaje tardío para CFK
Alberto Fernández, a pesar de estar en Europa para la cumbre del G7 (donde participa representando la CELAC), no pudo esquivar la situación económica doméstica. Desde Alemania, el mandatario dijo que las medidas que tomó hoy el Banco Central, en coordinación con el Ministerio de Economía, tienen que ver con los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y la necesidad de la aprobación trimestral.
Para el presidente argentino, las iniciativas “van en el sentido de tratar de recuperar reservas” y para “poner en orden las cuentas públicas”. “Nosotros no creemos que se pueda seguir viviendo eternamente con déficit fiscal”, señaló, en lo que parece ser un mensaje a su vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner.
Claro que no se puede. Esa es la causa de todas las problemáticas económicas de su gestión. ¿Recién se da cuenta?