Del peronismo y de Argentina se puede esperar cualquier cosa. Y la situación económica es tan dramática, que el que quiera tener gobernabilidad y estabilidad a partir de la próxima gestión, deberá implementar una serie de reformas absolutamente necesarias. Ya no es opción ni ideología. Ya es matemática y supervivencia política. Los que ya tienen algunos años, tienen muy en claro que el justicialismo (en cualquiera de sus facciones) es el espacio político que puede cambiar de rumbo y discurso con menos complejos. Pero, ¿puede el pragmatismo llevar a la misma Cristina Kirchner a pedir el asesoramiento de un economista liberal? Absolutamente. Es lo que pasó esta tarde.
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El cónclave privado entre Carlos Melconian y la vicepresidente populista —que se extendió por más de dos horas— no fue la única señal llamativa de CFK en los últimos días. En su presentación pública del 20 de junio, Kirchner arremetió contra las agrupaciones piqueteras y aseguró que si Evita Perón viviera, la gente que distribuye y recibe subsidios sociales tendría que ir “a trabajar”. Sus palabras no fueron bien recibidas por las llamadas “organizaciones sociales”, que la tildaron de “gorila” y hasta de “liberal”.
Aunque vaya en contramano de todo el relato kirchnerista, CFK en los noventa reivindicaba abiertamente a Domingo Cavallo, al que consideraba uno de los funcionarios “más lúcidos” que había tenido la Argentina. Justamente, el exministro era uno de los referentes de la Fundación Mediterránea, organización a la que pertenece Melconian.
Fuentes que reconocieron la reunión a los medios de comunicación, aseguraron que el intercambio entre el economista y la vicepresidente fue en el marco de una “reunión institucional”, que la fundación mantiene con varios dirigentes políticos con relación al futuro plan de gobierno de la próxima gestión. Es claro que, si la información trascendió a la prensa, es porque la misma Cristina Kirchner dio el visto bueno para que así suceda. Evidentemente, además de escuchar la opinión técnica de Melconian, CFK quiere que el país sepa que tiene los oídos abiertos a las posiciones más “ortodoxas”, absolutamente contrarias a su gestión de gobierno. Lo único que falta es que comience a correr a Alberto Fernández “por derecha”. Todo puede pasar en el Frente de Todos.
Cabe recordar que Carlos Melconian formó parte de la primera etapa de la gestión de Mauricio Macri. El economista estuvo a cargo del Banco Nación, pero abandonó el gobierno criticando la falta de reformas de fondo, que no tenían lugar durante la administración macrista.