Paradójicamente, el diario que más repara en los derechos de los trabajadores es el que vive de paro y con problemas salariales con el personal. Es que, Página/12, sufre los problemas de ser una “empresa” que se nutre de la pauta oficial, en momentos donde el Estado quebrado sufre la inevitabilidad de la sábana corta. Ya no puede cubrir todos los frentes y tiene que elegir dónde pone los pesos cada vez más devaluados.
Aunque todos los grandes medios argentinos reciben millones en materia de pauta, el resto cuentan también con el favor de sus lectores. La gente los elige, los privados aportan en materia de publicidad, el Estado pone lo suyo y así cierra el negocio. Página/12 abandonó la credibilidad que tenía el diario progresista en los años de Jorge Lanata y se dedicó a otro negocio, sobre todo desde el arribo del kirchnerismo al poder: ser un órgano de propaganda oficial. Claro que, al abandonar la noticia y el análisis independiente, el medio dejó de ser interesante para los lectores. Incluso para los que están cerca ideológicamente.
En los últimos años, la empresa fue comprada por el Grupo Octubre, pata mediática del sindicato de encargados de edificios Suterh. Este gremio, que sí tiene amplias espaldas financieras, también basa sus cuentas en la coerción. Los porteros del edificio son prácticamente inamovibles, los salarios son altos y los aportes contundentes. Pero, a pesar de los recursos del aparato sindical, las cuentas en Página/12 no cierran y los empleados viven de paro y reclamando.
En la jornada de hoy, el dirigente de la izquierda Néstor Pitrola, subió una imagen suya a las redes sociales pidiendo incrementar “la lucha” en favor de los empleados del medio. Si todo esto fuese medianamente racional, no habría que mencionar ninguna cuestión épica bélica. Alcanzaría con comprar el diario y hacer redituable la cuestión. Pero esto es Argentina y aquí todavía se cree que los salarios, y sus aumentos en contextos inflacionarios, son el resultado de batallas y voluntarismo.
La decadencia de Página/12 es la del estatismo y las ideas del atraso dirigista. El diario a veces ya ni sale y en varias oportunidades es noticia en los otros medios, justamente por los reclamos del personal. Toda una corroboración empírica de las contradicciones que escriben en el medio en cuestión. En Argentina cambiaron los tiempos. Parece inevitable que el próximo gobierno sea de un signo político muy diferente al actual. Sería más que necesario e interesante contar con un medio serio e interesante. que represente a la centro izquierda progresista. Eso fue Página/12 en sus años de esplendor durante el menemismo. Si el medio decide recuperar ese norte, seguramente incremente sus ingresos reales en el juego del mercado. Si se aferran a la pauta oficial, debería desaparecer del todo, porque ya no alcanza para la subsistencia del medio, están condenados a la muerte.