Alberto Fernández tuvo que elegir un periodista de España para decirle que pensará ser reelecto como presidente de Argentina. Lo más probable es que si el interlocutor hubiera sido un compatriota suyo, por más oficialista que sea, algo debería haber advertido acerca de la dificultad de semejante ambicioso proyecto. De igual forma, José Antonio Guardiola de RTVE, algo de idea de lo que ocurre en Buenos Aires tiene, ya que le preguntó al jefe de Estado si creía que podía finalizar su mandato constitucional.
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“Señor presidente, ¿se ve usted con fuerzas no solo de terminar su mandato, sino de presentarse a la reelección en 2023?”, preguntó el comunicador español. “Sí, absolutamente. Con todas las fuerzas necesarias para que la Argentina se ponga de pie. Y la voy a poner de pie”, respondió un presidente argentino, que se nota desconectado de la realidad y preso de un voluntarismo absurdo.
Lo cierto es que, si uno mira cualquier encuesta, el anhelo de Fernández parece ser una quimera. Una medición de la última semana reveló que el 68,5 % de los argentinos “rechaza” al Frente de Todos, que ya perdió por paliza la legislativa del año pasado. El estudio de Zubán Córdoba y asociados, en sintonía con el resto de los relevamientos de opinión pública, señala que un 72, 5% de los encuestados asegura que el rumbo del gobierno es “incorrecto”.
Pero si hay algo que parece hacer imposible la continuidad de la coalición peronista es que, además del rechazo que tiene la opinión pública por el frente de Alberto y Cristina Kirchner, la relación entre ellos está rota. La vicepresidente le declaró la guerra al ministro de Economía y Guzmán le respondió que su propuesta era insustentable.
A como están las cosas (cada vez peor desde la derrota en las últimas elecciones y el acuerdo con el FMI), todo parece indicar que sería imposible que vuelvan a compartir una fórmula presidencial. Tampoco parece razonable en términos de credibilidad que disputen una interna, ya que no existe la más mínima chance de cohesión a futuro.
Mientras tanto, leguaje inclusivo para todes
Absolutamente a contramano de la indignación generalizada por la grave situación económica, el ministerio de Salud y su burocracia no hace otra cosa que seguir echando leña al fuego. Mediante la Resolución 952/2022 publicada hoy en el Boletín Oficial, la entidad pública confirmó que utilizará “el lenguaje y la comunicación no sexista e inclusiva como formas expresivas válidas” en las “producciones, documentos, registros y actos administrativos”. Según la ministra Carla Vizzotti, sucesora del eyectado Ginés González García luego del escándalo del “vacunatorio vip”, la resolución alcanza a “todos los ámbitos” de su cartera, incluyendo los “organismos descentralizados”.
La decisión fue firmada por la titular de esta cartera, Carla Vizzotti, y alcanza a “todos los ámbitos” de esta administración pública y de “sus organismos descentralizados”. Mediante un comunicado, el ministerio señaló que “el lenguaje inclusivo y no sexista refiere a construcciones lingüísticas y términos expresados de modo oral, escrito y/o visual que abonan al reconocimiento de mujeres y LGBTI+ y que no perpetúan estereotipos corporales, sexuales y de género”.
A través de esta nueva iniciativa, el ministerio de Salud argentino aspira a combatir “las desigualdades y violencias entre los géneros que naturalizan la segregación, discriminación y exclusión”. De seguir en esta dirección, el quebrado Frente de Todos no debería sorprenderse por una paliza electoral para el peronismo, sin precedentes en la historia de las elecciones presidenciales de Argentina. Se lo buscaron.