La idea de la entrevista era tener a Elisa “Lilita” Carrió para pegarle a Javier Milei una hora en el prime time de TN, en el marco de la torpe campaña de Juntos por el Cambio, que no sabe qué hacer con el fenómeno que generó el diputado libertario. Como viene ocurriendo a diario, los operativos terminan teniendo el mismo resultado que las trampas marca “ACME” que el Coyote le plantaba al Correcaminos: grandes fracasos contraproducentes, que no hacen más que “subirle el precio” al diputado libertario.
Recurriendo a la historia, para trazar paralelismos entre el boom que generó el economista con la irrupción de Adolf Hitler en Alemania, la fundadora de Cambiemos dijo una serie de graves imprecisiones, que no fueron corregidas, ni advertidas por los entrevistadores. Muy suelta y relajada, Carrió dijo que el líder nazi surgió “en 40 días”, que llegó a obtener en dos años “el 75 %” de los votos, y que los judíos liberales alemanes votaron “masivamente” por él. Esas mismas personas que terminaron en el campo de concentración de Auschwitz (que pronunció como “Afis”). La advertencia era clara: se refería a los jóvenes que, según todas las encuestas, votarían mayoritariamente por el espacio libertario.
Más allá de la incompatibilidad absoluta entre un programa de gobierno liberal con lo que propuso el nacionalsocialismo, vale advertir que las declaraciones de Carrió están repletas de falacias y errores (mejor dicho, horrores) históricos. Para empezar, Hitler no surgió en 40 días. Su irrupción en la política alemana grande fue en 1923, cuando intentó con sus seguidores un golpe de Estado. Es decir, una década antes de su acceso al poder. Fue detenido y enjuiciado en 1924 donde consiguió visibilidad internacional. En su breve período de prisionero escribió “Mi lucha”, donde ya dejaba muy en claro su diagnóstico de lo que pensaba hacer, de tener la oportunidad. Los votos masivos de los judíos liberales alemanes para el nazi no son más que un divague mental insólito de la exdiputada.
Yendo a los resultados, el “75 %” que supuestamente obtuvo el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán es otro delirio de Carrió. En las últimas elecciones reales, en noviembre de 1932 antes del nombramiento de Hitler como canciller, su partido obtuvo el 33,09%. Luego llegaron las proscripciones a las fuerzas mayoritarias, las elecciones ficticias y, finalmente, el cierre del parlamento y la implementación de la dictadura pura y dura.
Más allá de lo contraproducente que terminan siendo estas presentaciones para su espacio político, es realmente preocupante que un entrevistado pueda decir semejantes barbaridades en televisión sin la más mínima corrección o repregunta por parte de tres periodistas profesionales. Esto debió haber sido la noticia más relevante de esta mañana en los medios argentinos. No lo fue. Probablemente, mucho de la decadencia se explique con estas cuestiones que no son menores.