Aunque el gobierno buscó bajarle el precio a la marcha del sábado diciendo que era una expresión del partido de Mauricio Macri, en el Frente de Todos saben que, como ocurrió hace catorce años, el sector agropecuario cuenta con el respaldo de todos los críticos del kirchnerismo. A pesar de las similitudes con la llamada “crisis del campo” de 2008, los reclamos de los manifestantes se hicieron eco del cambio de clima de ideas que generó la irrupción del liberalismo en Argentina.
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En la semana previa ya había comenzado la pulseada de fuerzas. Aníbal Fernández se animó a “marcar la cancha”, diciéndoles a los productores que “ni sueñen” con salir con sus tractores por la capital. La amenaza la terminó sufriendo el mismo ministro de Seguridad, que tuvo que recular en tiempo récord. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires autorizó la manifestación y la oposición se movió judicialmente para evitar cualquier inconveniente con las fuerzas federales. Finalmente la manifestación se hizo y fue masiva.
Y van llegando al #patriotazo los tractores pic.twitter.com/Ca3Uw6H9CB
— Rosario Agostini (@peponila) April 23, 2022
En el apogeo kirchnerista del proceso anterior, el único cachetazo que recibieron Néstor y Cristina Kirchner fue la recordada derrota en el senado por las “retenciones móviles”, que se materializó con el voto “no positivo” de Julio Cobos. Sin embargo, aunque el gobierno había sido increpado por el sector productivo agropecuario, respaldado por los opositores de los centros urbanos, la concepción socialdemócrata monopolizaba la discusión de la política nacional.
En los reclamos, lo que más se escuchaba eran las críticas al despilfarro estatal. Se solían ver pancartas de todas las cosas que el Estado podría hacer administrando “bien”, con todos los recursos fiscales obtenidos en lugar de los gastos superfluos y la corrupción kirchnerista.
Lo que ocurrió este fin de semana, conceptualmente, fue muy diferente. Los productores repartieron constituciones nacionales, haciendo hincapié en sus derechos consagrados en la Carta Magna: libertad de comercio y respeto a la propiedad privada. Las consignas que se leían, a diferencia de 2008, eran en su mayoría en clave liberal. Pidieron austeridad fiscal y responsabilidad monetaria. Rompiendo el clima culposo de las últimas décadas, se reclamaba sin demasiadas vueltas por el lógico e indiscutible derecho de ganar plata. “Arréglense con lo que tienen, gasten menos o dedíquense a otra cosa”, fue la principal consigna de la jornada, que golpeó de lleno en el corazón del discurso populista del Frente de Todos.
Ante el cambio de paradigma, el kirchnerismo queda desorientado. Por primera vez no son los dueños del debate en el terreno moral. Porque desde ahí se los increpa, desde la inmoralidad del fisco saqueador. Mediante sus redes sociales, mientras los tractores marchaban por la ciudad, la vocera de Alberto Fernández se lamentaba en su cuenta de Twitter. Gabriela Cerruti sangraba por la herida porque los acusaban de “vándalos usurpadores” y de ser los responsables de un gobierno que apela al “vasallaje feudal”. Muy incómodo les queda ese debate, que es justamente el que tendrán que dar los próximos meses, antes de una elección presidencial que podría ser histórica.
Lamentamos que dirigentes de JxC que se proclaman republicanos hayan encabezado hoy una manifestación cuyo documento final caracteriza al gobierno legítimamente elegido por el pueblo como “vándalos y usurpadores” y a los gobernadores como “indigna alianza de vasallaje feudal”.
— Gabriela Cerruti (@gabicerru) April 23, 2022