Entre las pocas noticias que lograron hacerse un lugar en los medios argentinos en los últimos días, equiparando por momentos la atención aparte de la tragedia ucraniana que dejó de lado todo lo vinculado con el COVID-19, está la presunta violación en “manada” de seis hombres a una mujer de veinte años. Ella se encontraba desvanecida en un auto en el barrio de Palermo, mientras era abusada por cuatro varones. Otros dos hacían “de campana”, vigilando las inmediaciones del vehículo.
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Unos vecinos vieron lo que estaba sucediendo y llamaron a la policía. Los seis están detenidos, pero la investigación pasó a un segundo plano a nivel mediático: la que se robó toda la atención es la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, que hizo gala de la ideología nefasta que profesan los funcionarios kirchneristas. Para ella, más que culpar a los agresores, hay que ver qué es lo que pasa con “la sociedad”.
Era evidente que el perfil de los acusados sería un inconveniente discursivo para el kirchnerismo feminista, que cuando se trata de un actor famoso no alineado (o “aliado”), solamente basta una acusación para el escarmiento público. Ahí sí la responsabilidad es siempre individual y se fomenta la “cancelación” absoluta, aunque no haya ni siquiera una condena judicial o pruebas contundentes en contra. Pero aquí, uno de los seis detenidos, según lo que se vio en sus redes sociales, es militante kirchnerista. Nacional y popular con todos los clichés habidos y por haber. Todo esto, sumado al colectivismo patológico de Elizabeth Gómez Alcorta, hizo que la funcionaria diga una serie de barbaridades, duramente cuestionadas por estas horas.
Es tu hermano, tu vecino, tu papá, tu hijo, tu amigo, tu compañero de trabajo. No es una bestia, no es un animal, no es una manada ni sus instintos son irrefrenables. Ninguno de los hechos que nos horrorizan son aislados. Todos y cada uno responden a la misma matriz cultural.
— Eli Gomez Alcorta (@EliGAlcorta) March 2, 2022
Sin ruborizarse siquiera un poco, la referente a disposición de Alberto Fernández aseguró que los acusados “no son monstruos”, sino “varones socializados en esta sociedad”. ¿Qué propone entonces Gómez Alcorta para comenzar a revertir estas problemáticas sociales? La implementación “clave” de la Educación Sexual Integral. Sí, esta mujer ocupa el cargo de ministra en la República Argentina.
En el marco de una indignante acusación, absolutamente sexista, la titular de la cartera de la Mujer también dijo que existe una “lógica corporativa” entre los hombres. Y aunque reconoció que algún varón pueda sentir que estas cuestiones “están mal”, existe un costo en decirlo y salirse de lo corporativo.
Para Gómez Alcorta, estas cuestiones sociales son difíciles de revertir. En este sentido, como si este gobierno y su inútil (o contraproducente) ministerio sirviera de algo, Gómez Alcorta se excusó diciendo que “una sociedad marcada por esta matriz en dos años no se cambia”. Finalmente, pidió que, en lugar de apuntar hacia los acusados, se mire al conjunto de los argentinos. “Pareciera que el problema está en algunos individuos que tienen algunos problemas y no en la sociedad”, resaltó.