En América Latina, varios países se expidieron con comunicados vagos políticamente correctos sobre la situación entre Rusia y Ucrania. Argentina, necesitada del favor de Washington en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, pero con Putin como uno de sus principales aliados, terminó siendo nuevamente, como dice el dicho, “ni chicha ni limonada”.
- Lea también: Argentinos le piden a Lacalle Pou que venga a gobernar el país
- Lea también: ¿Por qué la Pantera Rosa no debe (ni puede) hacer política en Uruguay?
Uruguay, sin ninguna de las necesidades agobiantes de Alberto Fernández, aprovechó la situación para reafirmar su compromiso con las democracias occidentales. El ministerio de Relaciones Exteriores de Luis Lacalle Pou emitió un comunicado, con los ineludibles deseos de diálogo y acuerdo político, pero dejando bien en claro de qué lado está en el marco del conflicto.
En el documento oficial, las autoridades uruguayas señalan que siguen “con gran preocupación el incremento de las tensiones en la frontera entre Ucrania y Rusia, que han sufrido una vertiginosa escalada tras el reconocimiento de dos regiones separatistas en Ucrania por parte de Rusia y el desplazamiento de efectivos militares”.
Para que no queden dudas, la Cancillería de Luis Lacalle Pou remató el párrafo del comunicado aclarando que todo eso es una “violación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas”. En la opinión del gobierno de Uruguay, estos hechos “ponen en riesgo la estabilidad regional”.
“El rechazo a la amenaza o uso de la fuerza y la solución pacífica de las controversias constituyen principios rectores de la política exterior del Uruguay y, conforme a ellos, nuestro país alienta a las partes involucradas a continuar con las negociaciones diplomáticas y la búsqueda de acuerdos políticos, como única forma de dirimir el conflicto de intereses existente. Uruguay respalda todos los esfuerzos que se están llevando a cabo en tal sentido”, resalta el comunicado.
Finalmente, el ministerio Relaciones Exteriores señaló que la integridad territorial de los Estados es un principio contenido en la Carta de las Naciones Unidas y que la solución a la que se llegue “debe respetar la soberanía y la independencia de Ucrania”.