Hasta tenía la camiseta puesta de la “Liga Argentina por los Derechos Humanos” que preside. Lo del referente kirchnerista José Ernesto Schulman muestra la hipocresía de la izquierda feminista militante, que usa su discurso político con la única finalidad de conseguir espacios de poder y recursos económicos estatales. Como era de esperar, ni siquiera renunció a la organización que preside y simplemente está de “licencia”.
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Los hechos, que quedaron grabados en una cámara de seguridad de un local de una empresa de autobuses, hablan por sí solos. El militante oficialista ingresó a la oficina para reclamar sobre la demora de un servicio. Evidentemente, las respuestas que le dieron las empleadas no fueron de su satisfacción, por lo que comenzó a insultarlas y a fotografiarlas con su teléfono celular. Sin embargo, lo peor fue cuando Schulman cruzó el escritorio para increpar a la mujer que estaba detrás de la computadora y le pegó una bofetada.
El hombre fue echado del local, el video trascendió en los medios de comunicación y en las redes sociales, pero el feminismo oficialista hizo silencio de tumba. Por mucho menos, “les militantes” por los derechos de las mujeres vinculados al kirchnerismo hubiesen hecho un enérgico repudio, además de la solicitud de que abandone la institución que preside. El silencio del oficialismo es tan ensordecedor como previsible. Ya ni siquiera se preocupan por disimular la profunda hipocresía que los caracteriza. No les importa ninguna de sus causas sagradas. Todos son excusas para conseguir prebendas políticas.
El pedido de disculpas en “lenguaje inclusivo”
“A mis compañeres
Pido públicamente disculpas por haber llevado adelante una conducta reprochable, en una terminal de ómnibus. Soy consciente de que mi comportamiento con una trabajadora fue inaceptable y nada lo justifica.
Como muches saben, soy discapacitado motriz y pasaron muchas horas de espera de un micro para regresar, que me produjeron un enorme dolor y me desencajaron. Eso fue verdaderamente lo que me ocurrió.
Me arrepiento mucho de estas acciones, contrarias a mis convicciones y así se lo hice saber a la trabajadora.
José Schulman”
Con esas palabras, con los ridículos “compañeres” y “muches” incluidos, el titular de la Liga Argentina por los Derechos Humanos se disculpó en las redes sociales. La mujer agredida aseguró que no encuentra honestidad en sus argumentos, e incluso que tiene miedo de quedarse sola en su lugar de trabajo.
El referente ultrakirchnerista editó la configuración para que los usuarios no puedan emitir comentario sobre su pronunciamiento y lo sucedido. Sin embargo, muchísimas personas lo hicieron compartiendo el posteo y despachándose desde sus propios muros.
Por ahora, Schulman está de licencia en la entidad que preside. La Liga, hasta el momento, emitió un tibio comunicado diciendo que se tomarán su tiempo para “investigar” lo sucedido. Kirchnerismo puro y duro.