
La noche del sábado 17 de enero de 2015, el asesor informático Diego Lagomarsino dejó una pistola Bersa calibre 22 en el domicilio de Alberto Nisman. Un día más tarde, el 18, el fiscal que había denunciado por encubrimiento en el atentado de la AMIA a Cristina Fernández de Kirchner apareció muerto en el baño de su departamento en Puerto Madero con un disparo en la cabeza. Hoy, a siete años del hecho, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas recordó a Nisman y aseguró que no se trató de un suicidio.
“Estuve con Alberto Nisman tres días antes de su muerte. Alberto Nisman no era un suicida. Alberto Nisman era un investigador entusiasta. Alberto Nisman no se suicidó”, señaló el titular de la DAIA, Jorge Knoblovits. La delegación que preside, desde sus redes sociales, emitió un sentido comunicado donde denominó como “hojas en blanco” las investigaciones de los atentados a la Embajada de Israel (1992), al edificio de la AMIA (1994) y a la muerte del fiscal, la que aseguran que se trató de un homicidio.
En el mismo sentido, se expresó la exministra de Seguridad del macrismo, Patricia Bullrich, quien consideró que el fallecido fiscal “es asesinado a cada instante, en cada reiteración del rumbo hacia el mundo de tinieblas que el Gobierno elige, transita, promueve y ratifica.
Alberto Nisman es asesinado a cada instante, en cada reiteración del rumbo hacia el mundo de tinieblas que el Gobierno elige, transita, promueve y ratifica. Comparto con ustedes mi columna de opinión en @LaNacion, a siete años de la muerte del fiscal. 👉 https://t.co/66Ut0HjEKN
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) January 18, 2022
Desde 2017, Lagomarsino está procesado por el juez Julián Ercolini como “partícipe necesario del delito de homicidio”, al igual que los hombres de la custodia policial que tenían la función de cuidar al funcionario judicial, horas antes de la presentación que debía dar en el Congreso. El informático reconoce que dejó el arma que terminó con la vida del fiscal, pero asegura que se la dio al mismo Nisman, ya que se la habría solicitado como un favor, por si tenía que defenderse “de algún loquito” partidario de Cristina Kirchner.
El presidente que cambió de opinión
Luego de la muerte del fiscal, en medio de su enfrentamiento con el kirchnerismo, Alberto Fernández aseguraba que nadie en todo el país creía que Nisman se había suicidado. La tesis del homicidio la mantuvo hasta que la actual vicepresidente lo convocó en 2019 para encabezar la fórmula electoral del Frente de Todos.
Después del reencuentro político, el actual mandatario de la nación simplemente cambió de opinión. Desde el inicio del segundo capítulo de su alianza con CFK, Alberto Fernández asegura que, “luego de pensarlo mucho”, llegó a la conclusión de que el fiscal se quitó la vida por sus propios medios.