
Los socialdemócratas venían de un mal resultado en las últimas elecciones en Alemania, pero la salida de Angela Merkel, y un candidato de la Unión Demócrata Cristiana que no pudo consolidarse, devolvió a los “rojos” al primer puesto por casi dos puntos de diferencia. Sin embargo, no tienen mayoría y hasta podrían quedarse afuera del Gobierno y pasar a la oposición. Los ecologistas y los liberales tienen la llave para decidir la próxima coalición, pero el panorama es muy incierto.
En los comicios anteriores, la SDP obtuvo el peor resultado en su historia: 20,5 %, que la dejó casi como “junior partner” en el gobierno de coalición con la CDU de Merkel. En esa oportunidad, los liberales se negaron a formar parte del oficialismo, ya que sus propuestas de campaña no tendrían espacio de realización en los lugares de poder que le ofrecía una posible alianza. La coalición “negra-roja” comenzó hace ocho años con la salida del Partido Demócrata Libre del Bundestag.
El FDP históricamente ha sido un aliado cómodo tanto para los conservadores como para los socialdemócratas, pero su salida del parlamento en 2013 reconfiguró las piezas de las coaliciones posibles. Y esa experiencia fue traumática para los “amarillos”. Luego de una gran elección en 2009 (donde obtuvieron 14,6 %), los liberales aceptaron un lugar en la coalición con la CDU, donde no pudieron cumplir con sus promesas de campaña. El repudio de sus votantes los llevó al trágico 4,8 % hace ocho años, quedándose por primera vez fuera del Bundestag, por lo tanto, también del oficialismo y de la oposición federal.
Desde entonces el FDP, ahora liderado por Christian Lindner, que ayer cosechó el buen resultado de 11,5 %, es bastante intransigente con su plataforma. El trauma de 2013 está vigente en el partido liberal, por lo que es difícil que acepte una coalición con los socialdemócratas y los verdes, bastante tirados a la izquierda en materia de impuestos y regulaciones.
Por el lado de los verdes, que, aunque esperaban un mejor resultado obtuvieron 14,8 %, también hay dudas. Podrían formar coalición con la CDU y los liberales, dejando fuera del oficialismo a la triunfante socialdemocracia, pero el perfil del partido no parece demasiado compatible en un gobierno de centroderecha.
En resumidas cuentas, si los liberales no logran un acuerdo con los socialdemócratas y los verdes, o los ecologistas no pueden acordar con los conservadores y los liberales, el único gobierno posible es la reedición de la coalición que está vigente desde hace ocho años, con la diferencia que el canciller ya no sería de los “negros”, sino de los “rojos”: Olaf Scholz, segundo de Merkel hasta hoy.
Los partidos extremistas perdieron caudal de votos
El mal resultado de la izquierda dura (Die Linke), que obtuvo solamente 4,9 %, desterró la posibilidad de una peligrosa coalición de la que se hablaba hasta las elecciones: la alianza con los socialdemócratas y los verdes.
Aunque mantienen una base sólida, en la Alternativa para Alemania (partido populista de la derecha) también hubo merma de sufragios. De su ingreso al Bundestag en 2017, donde cosecharon 12,6 %, ayer obtuvieron 10,3 %, quedando por debajo del FDP. Por ahora, la CDU no considera viable ningún acuerdo nacional con este espacio político.