Aunque en el país sigue primando el colectivismo político y el oscurantismo económico, el liberalismo argentino ya es la tercera fuerza política en materia de preferencias del electorado. Una última encuesta sugirió que, en la capital, Javier Milei ya está pisando las dos cifras y que no son pocos los votantes de Cambiemos que se sienten más cómodos con un Ricardo López Murphy que con alguien del perfil de María Eugenia Vidal. En el complicado distrito bonaerense, José Luis Espert pudo consolidarse en el tercer puesto y ya tiene más intención de voto que propuestas de la política tradicional, como la del exministro Florencio Randazzo.
Lo que se discute este año es una elección legislativa, por lo que mientras se alcance el mínimo para ubicar a un diputado, el voto ya es “útil”. Y en esta oportunidad, nadie puede decir que no hay voto útil para los candidatos liberales: nadie puede negar que cada voto que reciba López Murphy (al menos en la primaria de septiembre) le sirve para posicionarse mejor en la lista de Cambiemos. Por su parte, tanto Milei como Espert ya tendrían garantizada la entrada al parlamento, por lo que sufragar por ellos, tanto en provincia como en capital, tiene todo el sentido del mundo. Incluso son ellos los que pueden apelar a la figura del voto útil con una pregunta incómoda para el tradicional votante macrista: ¿Prefieren más diputados liberales en el parlamento o un par más de los legisladores insulsos y sin principios claros, como son la mayoría de los de Cambiemos?
Incluso en el interior del país van apareciendo nuevas figuras interesantes, tanto por afuera de las primarias de Juntos por el Cambio como por adentro. En Corrientes competirán liberales de larga y seria militancia en las ideas como Ricardo “Caito” Leconte y Carlos Moratorio, y en Córdoba, por distintos espacios, jugarán tanto el empresario Agustín Spaccesi como Martín Carranza Torres. Es decir que, en el mejor de los casos, puede que el Congreso a partir del año próximo tenga más liberales que Espert, López Murphy y Milei.
Pero todos los votos útiles de 2021, una vez más, podrían estar sujetos al incómodo planteo que sufrió Espert en las últimas presidenciales. Muchas personas que hoy votarán por él en la provincia de Buenos Aires, en las últimas elecciones sufragaron a disgusto por Mauricio Macri, convencidos de que era la mejor estrategia para tratar de evitar el retorno del kirchnerismo. Entonces, la pregunta que se abre ahora es la de si conviene fortalecer un espacio único que pueda discutir tanto con el macrismo como con el kirchnerismo para llegar al poder, o si es preferible influenciar como socio minoritario en un espacio que pueda ganar las elecciones.
Aunque todas las vías merecen ser exploradas, claro que más de uno podría decir que es utópico pensar en un frente liberal con posibilidades de acceder al poder en Argentina. Sin embargo, lo cierto es que el salto de donde estábamos hace poco tiempo a hoy, hubiera sonado más delirante e imposible que el que habría que dar desde ahora para llegar al poder. Pero lo cierto es que también puede que sea más complicado y difícil que los mismos dirigentes liberales se pongan de acuerdo entre ellos y que el electorado acepte votarlos unidos para unas elecciones presidenciales.
Todavía falta mucho y lo importante es garantizar la más amplia representación parlamentaria este año. Pero si se consigue este objetivo, no hay demasiado tiempo para empezar a discutir lo que viene.