Sí, fue una bomba. Lo que no quita que no haya sido absolutamente predecible. Uruguay lo había anunciado, por lo que nadie puede darse por demasiado sorprendido. En el marco del Encuentro del Mercado Común del Mercosur, que se realizó en Montevideo, la representación uruguaya hizo el anuncio formal. El resto de los miembros ya saben que Luis Lacalle Pou y compañía se lanzarán al cierre de acuerdos comerciales con otros países, sin aguardar por el aval del bloque en conjunto, algo teóricamente prohibido con las normativas vigentes.
«La posición del canciller, Francisco Bustillo, y de la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, consistió en defender la modernización del bloque, a través de una agenda de negociaciones externas sustantiva, ágil, dinámica, flexible y permanente», señalaron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay mediante un comunicado, al cierre de la reunión del Mercosur. Cabe destacar que el país no anunció su renuncia al bloque, sino que blanqueó lo que pensaba hacer, por lo que ahora queda esperar si Argentina plantea su expulsión o si el Mercosur cambia sus reglas internas. «Uruguay, al tiempo que reivindicó su pertenencia al Mercosur, comunicó que comenzará a conversar con terceros para negociar acuerdos comerciales extrazona», resaltó el parte de prensa.
Brasil y Paraguay se encuentran en sintonía con Lacalle Pou, que tuvo un duro enfrentamiento con su par argentino, Alberto Fernández, que considera que no es momento para pensar en una apertura. La excusa evidente para negarse a comerciar con el mundo en este momento es la pandemia. “Si nos hemos convertido en una carga, lo lamento. No queríamos ser una carga para nadie. Una carga es algo que hace que a uno lo tiren de un barco y lo más fácil es bajarse del barco si la carga pesa mucho”, dijo el mandatario argentino en la última reunión de los presidentes.
En aquella oportunidad, Lacalle Pou advirtió que el Mercosur se estaba convirtiendo en “un lastre” para Uruguay, analogía que sacó de quicio al presidente argentino. Durante esa problemática jornada, Jair Bolsonaro ya adelantó que está absolutamente de acuerdo con su par uruguayo:
“Queremos celeridad y concentrar nuestro trabajo en generar inversiones externas que puedan producir trabajo, empleo y renta. Deseamos que nuestras economías puedan participar aún más de las nuevas cadenas regionales y mundiales de valor, especialmente en este momento cuando necesitamos superar con urgencia los grandes daños ocasionados por la pandemia”, había señalado Bolsonaro, por lo que no sería de extrañar que haya novedades con respecto a Brasil muy pronto.