Argentina e Israel no pasan por el mejor momento. Aunque Alberto Fernández eligió ese destino como primer país a visitar en su cargo de presidente, el kirchnerismo lo vació de poder en el primer año de mandato y ya maneja la política exterior. Luego del polémico voto en las Naciones Unidas, cuestionando el derecho de la legítima defensa ante los ataques de Hamás, la fracasada política de cerrar las exportaciones cárnicas complica aún más la relación entre ambos países.
La embajadora Galit Ronen, que cumple funciones en Buenos Aires y levantó el perfil luego del entredicho en la ONU, manifestó abiertamente el enojo israelí por la suspensión de exportación de carne argentina a su país. “Si no podemos saber que nos van a vender carne en forma regular, vamos a buscar otros lugares”, señaló ayer en una conferencia online. Para la diplomática, “no puede ser que cada vez que le da ganas a la Argentina, Israel se queda sin carne”. Tiene razón.
Comenzado el cierre de exportación, que estará vigente hasta el 20 de junio, Ronen se movió rápidamente y comenzó a negociar con los funcionarios locales. Pidió para su país una cuota como la Hilton con Europa o la de carne kosher que reciben los Estados Unidos, pero no se avanzó. Para la embajadora, esto es porque en el Gobierno ya saben que la próxima semana todo volverá a la normalidad. Sin embargo, Israel no quiere saber nada con la incertidumbre y ya dejó en claro que, si Argentina sigue manejándose de esta manera, abandonarán al país como proveedor.
Israel no es un cliente para perder
Según un estudio realizado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados, entre enero y abril de este año, Argentina vendió más de 12000 toneladas a ese país. Este número mostró un incremento del 18 % en relación con el mismo período del año pasado. En todo 2020, Israel compró al país 27310 toneladas, un 15 % más que en 2019.
Para Samid, mejor no venderles “a los judíos”
El empresario de la carne y defensor acérrimo del kirchnerismo Alberto Samid, que se encuentra condenado y con prisión domiciliaria por asociación ilícita, aprovechó las declaraciones de la embajadora para retornar con sus clásicos comentarios antisemitas.
Desde su cuenta de Twitter, Samid señaló: “Lo mejor que nos puede pasar es que los judíos no nos compren más carne”. El matarife también dijo que son “un desastre como clientes” y que el mundo “no les quiere vender nada”. Claro que no pudo justificar estos escuetos dichos que no tienen el más mínimo sentido. Como era de esperar, al instante se multiplicaron los comentarios de repudio en las redes sociales.