Tener una empresa, una Pyme o un pequeño comercio en Argentina es sinónimo de sufrir por un Estado tan intrusivo como sobredimensionado y perjudicial. La conjunción de altos impuestos, prohibiciones, regulaciones imposibles acompañadas de una burocracia insoportable, hace que el emprendedor del sector privado sufra en carne propia lo perjudicial del estatismo defendido por la pseudointelectualidad nacional.
Sumado a este tétrico escenario, la arbitrariedad de una cuarentena irresponsable hizo que el sentido común de los argentinos productivos vaya un poco más lejos. Esta semana, viralizaron en redes sociales a dos personas que son el resultado inevitable de tanta desidia e ignorancia económica: los comerciantes liberales.
“No saben lo que es tener un comercio”
Gabriel tiene un comercio de ropa en Arroyito, provincia de Córdoba. Con la arbitrariedad del nacional socialismo, que decidía impunemente sobre la vida de las personas que sufrieron ese período histórico, él padece, no la estrella de David de los judíos o el triángulo rosa de los homosexuales, sino otra cosa. Tanto él y su comercio son considerados y están marcados como “no esenciales”. Su pecado es tener un comercio de ropa. Es decir, su fuente de ingresos está condenada a muerte.
Indignado por la extensión de la cuarentena que lo obliga a pagar impuestos sin poder facturar, Gabriel se hizo presente en una audiencia del Concejo Deliberante y se despachó de lo lindo con los legisladores que no tienen preocupaciones económicas personales.
Les dijo que deberían ser considerados “personas no gratas”, que no tendrían que poder tomar un café en los bares que funden y que no tienen la más pálida idea de lo que es administrar un comercio: “Se nos pegaron como parásitos a los contribuyentes”, “son un asco”, fueron algunas de las cosas que el comerciante exclamó en el plenario. Se llevó los aplausos de buena parte de la asistencia.
“El carnicero liberal”
Fue uno de los fenómenos en las redes sociales esta semana en Argentina. Con la solidez intelectual de los pensadores de la Escuela Austríaca que explicaron la subjetividad del valor y con la precisión de los teóricos de Chicago, que dictan clases sobre cuestiones monetarias, Fernando dio cátedra en el noticiero de la mañana de Canal 13. La periodista, sin ningún éxito, buscó la complicidad del carnicero para arremeter contra la “especulación” de sus proveedores, pero se llevó una desilusión, así como también una lección de economía básica.
El comerciante explicó que el problema no radica en la avaricia del matarife, sino que la plata de los argentinos pierde su valor. A su vez, indicó los motivos por los que la gente sigue comprando, como funcionan las preferencias y qué debería hacer el Banco Central para frenar los aumentos de precios. “Más allá de lo que les dicen, la inflación es un fenómeno monetario”, señaló. Este hombre tiene más que merecido el nombre que le pusieron los usuarios en Twitter: “El carnicero liberal”.