El dirigente kirchnerista Juan Grabois —cercano al papa Francisco y a Cristina Fernández— pretendía participar de un comité de observación en Colombia, en el marco de los enfrentamientos políticos recientes. Sin embargo, las autoridades de ese país le rechazaron la entrada, a diferencia del resto de la comitiva, formada por dirigentes de izquierda y referentes de organizaciones relacionadas con Derechos Humanos.
“Detenido y agredido nuevamente por un gobierno autoritario. Ahora en un cuartito. Esperando. Mis compañeros argentinos y colombianos intentando resolver afuera ¡No tenemos miedo! La Patria Grande está de pie”, escribió desde sus redes sociales luego del arribo a Colombia.
Lo próximo que se supo fue que las autoridades locales le impidieron el ingreso al país y Grabois aseguró que se trató de una arbitrariedad política de un “gobierno autoritario”.
Luego de denunciar golpes y maltratos, el argentino señaló que Colombia le había “denegado el ingreso”, ya que su mera presencia era “una amenaza para la seguridad del Estado”. El episodio tuvo repercusión en Buenos Aires y hasta el canciller de Alberto Fernández se manifestó al respecto.
“Lamento que autoridades migratorias de Colombia hayan impedido el ingreso del ciudadano argentino y miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede”, escribió Felipe Solá en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, desde el Gobierno de Iván Duque esta mañana explicaron de manera oficial lo que ocurrió en el Aeropuerto Internacional El Dorado. El hecho en cuestión fue muy distinto a lo que relata Grabois. Las autoridades colombianas resaltaron que, de la comitiva de 20 personas, 19 ingresaron al país sin ningún tipo de inconveniente. En el caso particular de Juan Grabois, el sistema de migraciones dio una alerta “por el vencimiento de su pasaporte”.
Según la versión de los funcionarios de Colombia, el hombre de Cristina Kirchner se negó a prestarse a una “verificación a sus documentos”. En lugar de colaborar con los agentes de migraciones, desde el Gobierno colombiano argumentan que el extranjero “de forma vehemente exigía su ingreso al país, basado en quién era y quiénes lo habían invitado”.
“Debido a la falta de respeto del extranjero hacia el oficial, se procede a no autorizar su ingreso al territorio nacional. Una decisión que le fue ratificada por la supervisora, quien aparece en un video grabado por la delegación, y en donde se ve que el extranjero le dice que acaso quién es ella para decirle que no puede entrar”, señaló un comunicado oficial de la cancillería colombiana.