Hasta este momento, el récord del vino más caro del mundo lo tiene una botella de Romanée-Conti cosecha 1945. En 2018, una persona decidió pagar por la misma la suma de 558 mil dólares. Pero ese estratosférico número podría ser prácticamente duplicado en muy poco tiempo por un vino, que si bien no es “de otro planeta”, sí podemos decir a ciencia cierta que tuvo una estiba en botella extraterrestre.
Una docena de botellas de Chateau Pétrus 2000, pasaron 14 meses en la Estación Espacial Internacional, en el marco de un experimento que sorprendió a un grupo de especialistas del mundo del vino. Luego de la osada aventura del Space Cargo Unlimited, su fundador Nicolas Gaume, aseguró que luego de los 440 días en el espacio, el mítico vino de Burdeos regresó “transformado en algo fuera de este mundo”.
A diferencia de otras grandes botellas, los Chateau Pétrus “reserva espacial” no saldrán a subasta. Se estima que se venderán por un millón de dólares y que los fondos recaudados serán destinados a próximas aventuras en el espacio.
Pero el que desembolse la suma millonaria, además del vino en cuestión recibirá un combo interesante: una caja fuerte secreta diseñada a mano en Francia por Les Ateliers Victor, un sacacorchos hecho con partes de un meteorito, copas, decantador y un bonus nada despreciable: otra botella del Chateau Pétrus 2000, pero de guarda y estiba terrestre. Es decir, uno “común y corriente”.
Estas botellas, que no han dejado el planeta, cotizan en su cosecha del 2000 alrededor de 5500 dólares. Son, como todos los Chateau Pétrus monovarietal de Merlot. Para los entendidos, esta joyita de Burdeos se trata de uno de los mejores vinos del mundo.