Ya es sabido que la información puede no ser exacta, ya que hay demoras en la carga y actualización de los datos. Pero muy lejos puede que la cosa no ande. Todos los argentinos por estas horas vemos que las balas pasan cada vez más cerca, con muchos contagiados alrededor y ya, lamentablemente, con algunos fallecidos en los entornos sociales, familiares o laborales. En las últimas horas, se confirmaron 561 muertes, el número más alto desde el inicio de la pandemia del coronavirus.
No se registraba un número semejante desde el 23 de abril, cuando la cifra de fallecidos fue de 556. Con esta nueva actualización, el total de infectados contabilizados es de 2.954.943. Los muertos suman 63.508. Ante este sombrío panorama la pregunta que se hacen todos es si ya se llegó al pico o si todavía puede venir algo más terrible, como se vivió en países como Perú o Brasil.
Para el epidemiólogo Hugo Pizzi, que se desempeña como profesor titular en las Universidades Nacionales de Córdoba y la Rioja, detrás de este duro rebrote están las cepas inglesa y Manaos. Para el especialista, las mismas tienen “un índice de infectividad 70 veces superior al de 2020 y un 30 % más de impacto letal”.
El jefe de Gobierno de la Cuidad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, ya reconoció que piensa acompañar al Poder Ejecutivo Nacional, en caso que considere implementar nuevas restricciones. Todavía quedó en manos de la Corte Suprema de Justicia el debate por la presencialidad en las aulas, con lo que el macrismo municipal se mantiene firme, pero el impacto de la segunda ola acercó posiciones en cuanto a eventuales nuevos cierres y limitaciones.
Hasta el momento, sólo el 1,92 % de la población cuenta con las dos vacunas aplicadas, cifra que anda alrededor de las 870 mil personas. Seis millones han recibido hasta ahora una sola dosis (14 %) y aguardan por un nuevo turno, pero las vacunas escasean. El Gobierno nacional hizo público un reclamo a los fabricantes de AstraZeneca, por la demora en un pedido que no se viene cumpliendo en tiempo y forma. El acuerdo era por 22 millones de dosis para el primer semestre. La empresa reconoció la demora y se justificó con el argumento lógico del “acceso limitado a insumos críticos” para la fabricación y a los “largos tiempos requeridos para cumplir con las calificaciones”.
Más allá de la demora, lo cierto es que Argentina está pagando caro haber priorizado la agenda geopolítica, limitándose al abastecimiento de la Sputnik V, que llegó casi de manera artesanal con vuelos limitados de Aerolíneas Argentinas. En la jornada de hoy, la vacuna rusa volvió al centro del debate político nacional. El diputado de Juntos por el Cambio, Fernando Iglesias, solicitó formalmente una detallada explicación sobre los controles de calidad de la misma, luego que Brasil suspendiera hasta el momento su aplicación en el país.
A partir de los informes adversos de los organismos regulatorios de Brasil y Eslovaquia sobre la vacuna Sputnik V, pedimos que se cite de manera urgente a la ministra Vizzotti y al director de la Anmat para que expliquen qué controles de calidad se realizaron sobre esa vacuna. pic.twitter.com/SjKgM9x91c
— Fernando A. Iglesias (@FerIglesias) April 29, 2021