Las elecciones de este año en Argentina son legislativas. Lo primordial e indispensable es que el kirchnerismo no obtenga la mayoría en ambas cámaras, eso ya no hay que explicarlo. La interna (si es que la hubo) del Frente de Todos la ganó Cristina Fernández por paliza y hoy todo el oficialismo adoptó su agenda al pie de la letra. El gobierno entero va por la justicia, y si ganan las parlamentarias irán por la Constitución. José Luis Espert, que será candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, asegura que un Congreso con legisladores liberales será más útil y abrió la puerta a una primaria con el resto de los espacios opositores. Pero pide un “compromiso firmado” de tres puntos.
En diálogo con PanAm Post, el economista liberal señala como prioritario que “el kirchnerismo no vuelva más” y aunque reconoce que es lo mismo en términos de bancas si Cambiemos suma por un lado y el frente liberal por otro (ya que los votantes de ningún espacio votarán por el oficialismo) es posible el escenario de una gran coalición que le dé una paliza (también simbólica) al kirchnerismo en todo el país.
Lo cierto es que lo único que cambia es la lectura del resultado, aunque no sea poca cosa. Hagamos números. Si, por ejemplo, en una provincia Cambiemos saca el 40 % y obtiene 4 legisladores, el oficialismo el 30 %, consiguiendo tres bancas y el frente liberal un 20 % y dos diputados, en “porotos” la cosa no cambia en lo más mínimo. Un eventual frente único opositor podría mostrar una lectura política con un resultado donde el oficialismo “perdió por 30 puntos”. Pero a nivel de la conformación parlamentaria, que es lo que importa, es la misma historia. En ambos escenarios la oposición suma 6 y el kirchnerismo 3. No hay “voto útil” como en una presidencial.
Cada voto cuenta y la utilidad se determina por el diputado que más representa al votante. Espert, Luis Rosales y Javier Milei insisten que un legislador liberal será mucho más productivo que los últimos del margen entrantes del macrismo si ellos no juegan. Si vemos atrocidades como la ley de alquileres, que no solo fue apoyada, sino que salió del mismo macrismo, hay que darles la razón.
“Los que ahora se dicen liberales, luego del fracaso electoral de 2019, en vez de bailar Gilda e inflar globitos deberían ser claros con el proyecto de país que se le va a ofrecer a la ciudadanía”, resaltó Espert, en clara referencia al “estilo amarillo” del PRO.
¿Qué pide Espert para la gran interna de la oposición que lleve una sola lista a octubre?
“Deberíamos firmar antes un compromiso de tres puntos, que es lo necesario para derribar nuestro Muro de Berlín. Tirar a la basura la sustitución de importaciones y el proteccionismo industrial e ir al libre comercio con todo el mundo para que los argentinos paguen acá las cosas a precios razonables. Hacer una reforma del Estado que baje el gasto público como para eliminar el déficit y bajar impuestos para dejar de ser esclavos impositivos en vez de ciudadanos. Esto requiere terminar con esta coparticipación federal de impuestos y regionalizar el país, entre otras cosas. Finalmente hay que reformar todas las leyes laborales para terminar con la precarización de casi seis millones de trabajadores informales y dejar de fundir empresas por juicios laborales”, aseguró el excandidato a presidente a este medio.
Nadie que comprenda los problemas de fondo de Argentina puede cuestionar estos tres puntos, que son la base de la decadencia argentina. Muchos en el macrismo dicen que es imposible plantear esta agenda, e insisten con el discurso del “gradualismo” que se buscó implementar en la gestión 2015-2019. Si esta reforma es necesaria o no, la verdad que no es debatible. Si es posible o no en este país, se puede llegar a discutir. Lo que no admite debate alguno es el resultado del mediano y largo plazo si la misma no se implementa o si llega a fracasar: Argentina será la villa miseria de América Latina junto a Venezuela, si continúa bajo las garras del chavismo.
Lo que no se le puede discutir a Espert es la coherencia. Hace veinte años que repite lo mismo cada vez que tiene un micrófono enfrente. El único cambio es que antes todavía tenía unos pelos más en la cabeza.
“En el macrismo, ahora muchos dicen ser afines a las ideas liberales. ¿Quieren hacer liberalismo? Bueno, acá están las tres propuestas básicas coherentes con el liberalismo que Argentina necesita, para detonar el sistema que nos está hambreando”, concluyó.