Cuando Mauricio Macri y Cambiemos llegaron a la presidencia de Argentina en diciembre de 2015, el equipo de gobierno se planteó una duda existencial: ¿Debían blanquear el desastre recibido y aplicar un plan de shock o era mejor ir “gradualmente” en el camino correcto, mientras se generaba gobernabilidad? Lamentablemente, la alianza del PRO, la Coalición Cívica y el radicalismo fue por el segundo camino y fracasó.
Fracasó como cada vez que en la historia argentina se decidió ir en esa dirección.
El hombre que la ortodoxia pedía para un plan razonable era Carlos Melconian. Sin embargo, el economista no se hizo cargo del Ministerio de Hacienda. Terminó asumiendo en el Banco Nación. Pero sus críticas lógicas a la gestión a la que pertenecía terminaron eyectándolo del gobierno y hasta tuvo que dejar el premio consuelo que le habían dado.
Nunca se supo a ciencia cierta hasta qué punto Melconian tuvo chances de recibir el ministerio hasta este momento. En su libro “Primer tiempo”, que salió hoy a la venta, Mauricio Macri repasa varios aspectos de su gestión. En uno de sus capítulos, el expresidente hace una especie de autocrítica de diversas cuestiones vinculadas a su gestión económica. En una de sus páginas, Macri cuenta que le ofreció el ministerio en medio de la crisis a Melconian, pero las condiciones que le puso el economista no le parecieron razonables, dada la complicada coyuntura.
“El nombre de consenso entre los críticos era Carlos Melconian, a quien conozco desde hace muchos años y siempre valoré sus conocimientos y estilo”, escribió Macri en su libro. Sin embargo, el expresidente reconoció que no lo nombró ministro de un primer momento, ya que había sido “anárquico y poco orgánico” en su desempeño en la Fundación Pensar. Sin embargo, cuando las papas quemaron, en medio de la negociación con el FMI, Macri le ofreció el puesto, en una negociación que se dio a espaldas del ministro de entonces, Nicolás Dujovne.
Melconian se mostró dispuesto a tomar el hierro caliente, pero pidió un mes para darle forma al plan y confirmar un equipo para ponerlo en funcionamiento. Macri, probablemente no muy convencido del cambio, le dijo que la urgencia no permitía semejante requisito y siguió con su ministro. Según el mismo Macri, “Nico se enteró” de la negociación y quiso renunciar. El expresidente pudo persuadirlo para que se quede finalmente en el cargo, como hizo.
“El capítulo más difícil”
Para Mauricio Macri, la sección donde escribió sobre su gestión económica, titulada “Economía, ascenso y caída” fue “la más difícil”. Según el expresidente, esto se debió a su frustración por no haber cumplido con “lo que había imaginado y prometido”.
“Si pudiera volver atrás”, aseguró Macri, solucionaría el problema de inconsistencia entre la política monetaria y fiscal. Sin embargo, el exmandatario no dice sobre cuál de las dos variables trabajaría distinto. Esta cuestión no es menor, ya que podría dejar en evidencia que no aprendió demasiado de los errores que reconoce. ¿De poder tener la oportunidad, ya sea viajando en el tiempo o accediendo a la presidencia en el futuro… se animaría a cerrar de una vez por todas el rojo fiscal que aqueja al Estado argentino? ¿O simplemente se volcaría por una política monetaria más laxa para acompañar sin demasiados sobresaltos su fallido “gradualismo”? En el libro, Macri no responde. Sería interesante hacerle esta pregunta, si piensa competir en las elecciones presidenciales de 2023.