Pese a que los medios cubrieron la larga novela como un enfrentamiento ideológico, el trasfondo es más político que otra cosa. Y es que aunque Jair Bolsonaro sí se decidió por un perfil conceptual coherente, su par argentino, en su fuero íntimo, no tiene compromiso alguno con ninguna escuela de pensamiento concreta.
Lo que tiene Alberto Fernández es la necesidad de un bloque regional afín, que no le ocasiones muchos problemas ni le cuestionen los desaciertos de su gestión improvisada, que en materia internacional puede traer dolores de cabeza para los países vecinos. Por eso juega fuertemente con Lula.
Si algo tuvo el “Socialismo del Siglo XXI” fue lealtad política entre sus socios, que muchas veces no tenían demasiado que ver en cuanto a sus políticas domésticas. Bolsonaro no le perdona su respaldo al expresidente de Brasil, ya que considera que el kirchnerismo legitima a su rival político en el ocaso, condenado por corrupción y dádivas.
Entonces el exmilitar arremete contra su homólogo argentino constantemente y sin piedad, por todos los desastres que el kirchnerismo genera. Bolsonaro suele calificar como de “izquierdista”, “comunista” y “socialista” a la gestión del Frente de Todos con regularidad, pero Fernández no contesta. En este complicado contexto, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, se anotó una victoria al confirmar la presencia del “capitán” el próximo 26 de marzo.
La cita será en el marco de los 30 años de la creación del bloque, que tuvo lugar con el Tratado de Asunción. Desde Brasilia proponían la cumbre en Foz de Iguazú. El embajador argentino retrucó y propuso hacerla en Puerto Iguazú, con el argumento que su país, en este momento, ejerce la presidencia del Mercosur.
Cuando la cosa parecía encaminarse a este lado de las cataratas, el canciller, Felipe Solá, le manifestó a Scioli que el presidente quería que Bolsonaro venga hasta Buenos Aires. Hasta el momento parece que el embajador cumplió con el objetivo, por lo que el presidente de Brasil estaría próximamente por estos pagos. El resto de los mandatarios aseguraron que no tenían inconveniente con ninguna de las locaciones propuestas.
Todavía es incierta la posibilidad de una reunión bilateral Bolsonaro-Fernández, pero seguramente ya se está negociando.