El kirchnerismo siempre estuvo repleto de contradicciones. Pero en más de una oportunidad, cuando alguien del espacio político de Cristina Fernández pretendió explicar lo imposible no hizo otra cosa que caer en el ridículo. Repasamos algunos de estos momentos bochornosos de la política argentina.
El fallo lamentable contra el morocho
El senador Oscar Parrilli fue el que se animó a cuestionar la lógica condena a Lázaro Báez esta semana. El legislador K y mano derecha de Cristina aseguró que se trata de un fallo racista “lamentable, una atrocidad, una barbaridad”. En su opinión, todo esto es parte del “lawfare” que utiliza la Justicia para la “persecución política”.
Pero el justificativo no tiene desperdicio: “A Lázaro lo condenan porque es morocho, porque es de tez oscura y porque era amigo de Néstor Kirchner. Porque no forma parte del círculo de poder que integran los empresarios top de la Argentina”. Ante este desvergonzado argumento, el fiscal de la causa respondió con una ironía: “Y yo soy bajito”.
¿Será por eso?
En plena investigación en contra de Milagro Sala, la “dirigente social” kirchnerista (que tiene complicadísimas causas en su contra en la provincia de Jujuy) también apeló a una supuesta cuestión “racial”. En 2017, antes de escuchar una de las primeras condenas en su contra, Sala aseguró que estaba siendo investigada y condenada por su condición de “coya, negra e india”.
La abogada exitosa
En 2012, Cristina Fernández de Kirchner brindó una conferencia en Harvard y una estudiante, en un perfecto español, logró incomodarla y arrancarle una de sus justificaciones más cómicas. La joven le preguntó por su incremento patrimonial y CFK apeló a su oficio, que en teoría la hizo millonaria. Respondiendo lentamente, como para ordenar las ideas mientras las iba diciendo, CFK se refirió a los datos que tenía la chica que hizo la pregunta y manifestó que no eran ciertos. Sin embargo, no le dio la cara para negar su condición de millonaria.
CFK aseveró que en Argentina la Justicia ya había investigado su fortuna (luego de irse del poder, el juez que la sobreseyó reconoció que fue presionado) y que la misma era preexistente a su gobierno. “Tengo una posición porque he trabajado toda mi vida y he sido una muy exitosa abogada”, señaló.
Por ser mujer
Tres años después, justo antes de terminar su mandato en 2015, la actual vicepresidente dejó otra perlita, también en una gira por Estados Unidos. En su discurso en la reunión sobre “Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer”, que precedió a la asamblea general de la ONU en Nueva York, Kirchner dijo que los que cuestionaban a su gestión en Argentina lo hacían por su condición de mujer. Aseguró que las críticas en su contra eran “más sexistas que políticas”.
Fue por las AFJP
Luis D´Elía es uno de los pocos dirigentes kirchneristas que sigue defendiendo al expresidente Amado Boudou. El exfuncionario, ya condenado, compró la empresa Ciccone Calcográfica en quiebra a través de la firma The Old Fund y luego, mediante un salvataje digitado, la Administración Federal de Ingresos Públicos le otorgó un plan para salir de la situación.
La imprenta es la única con la tecnología necesaria del país para la fabricación de billetes, documentos con medidas de seguridad, patentes de autos, pasaportes, diplomas universitarios y otros papeles. Es decir, el exvicepresidente pretendía quedarse con la máquina de hacer los billetes que circulan en Argentina.
No obstante, para su amigo y referente piquetero, nada de todo esto tiene que ver con los verdaderos motivos de su condena. Él asegura que está preso por haber traicionado a la “derecha” que lo educó en la Universidad del CEMA para velar por los intereses de los poderosos y luego gobernar para el pueblo. D´Elía insiste que Boudou está preso por haber terminado con el sistema de las AFJP para regresar a la jubilación estatal. En realidad, también tendría que estar preso por eso, pero su condena nada tiene que ver con todo esto.