Muchas veces dijimos desde estas columnas que la distinción ideológica entre izquierda y derecha resulta un tanto vaga. Conceptos mucho más claros a la hora de describir posiciones son los de individualismo, colectivismo, nacionalismo, estatismo, libertad o coerción. Igualmente, muchos que se denominan o perciben como de “izquierda” o “derecha” lo hacen reconociendo que ese lugar puede que no sea más que un mero contraste y antagonismo con relación a lo que está enfrente. Claro que uno puede recurrir a esas categorizaciones para hacer explicaciones rápidas y superficiales pero si se debaten cuestiones de fondo, lo cierto es que los términos deberían ser más precisos.
En España, el lugar de “la derecha” lo ocuparían las bancadas de Vox, el PP y Ciudadanos. La “izquierda”, además de pequeñas fracciones, estaría conformada mayormente por el PSOE y Podemos. Sin embargo, esta semana hubo un voto transversal con la cuestión de la eutanasia, cuando la coalición parlamentaria de gobierno obtuvo el respaldo del bloque de Ciudadanos.
La única bancada que se autodenomina como “liberal” aseguró en sus argumentos que la ley amplía los márgenes de “libertad individual”. Y tiene razón. Nadie puede ser forzado a terminar con su propia vida, pero tampoco nadie puede obligar a otra persona a vivir en contra de su voluntad.
Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, que tan claro, valiente y preciso es con muchos dislates del socialismo español, acudió en esta ocasión a unos argumentos incompatibles con la libertad.
Quizá sea hoy uno de los días más funestos de la democracia. El gobierno de la muerte ha condenado hoy a la muerte a los más indefensos y a la desesperanza a los más débiles y a los que más sufren. pic.twitter.com/TOOfdQQiAM
— Santiago Abascal ?? (@Santi_ABASCAL) December 17, 2020
Si nos quedamos en la dicotomía entre “izquierda” y “derecha”, y dado que las bancadas de Vox y el PP se manifestaron en contra de la ley, podríamos decir que la postura “derechista” es la de la negativa con respecto a la eutanasia. Pero si miramos las críticas que realizan desde estos espacios al modelo económico propuesto por el PSOE y Podemos, también tendríamos que asumir que “la derecha” es la postura que propone el libre mercado y la reducción de la intervención del Estado en la economía.
Ahora bien, volvamos a la distinción más precisa entre libertad y coerción, individualismo y colectivismo que propusimos antes como herramienta metodológica del análisis. Para Abascal, el oficialismo y su “totalitarismo” busca “alterar nuestra manera de vivir y de morir”. ¿Quién es él para abarcar e interpretar a ese colectivo que supuestamente incluye a todos los españoles? Sus palabras exponen un argumento claramente colectivista.
Si bien tiene razón cuando afirma que para el socialismo español “hay vidas que valen más que otras”, ese argumento podría llegar a tener sentido en debates como el del aborto, situación en la que nadie le pregunta al no nato si desea ser descartado y desmembrado en el vientre materno. Ahora, que un adulto en su lucidez manifieste su deseo de terminar con su vida es otra cuestión. Lo que es un derecho no puede ser una obligación. Si analizamos las palabras del referente de Vox, percibimos que tienen el mismo marco epistemológico que la mayoría de las iniciativas de la coalición gobernante, a la que acusa de ir en contra de la civilización. A veces Abascal tiene razón, ahora no. En esta oportunidad, además de la coerción y el colectivismo presentes en su discurso, otros denominadores en común con la “izquierda” española son la pobreza argumentativa y la demagogia.
Por su parte, quienes también están haciendo gala de sus contradicciones son los que votaron por la afirmativa e impulsaron el proyecto. Casi todas las acciones de Podemos y el PSOE en esta patética gestión de gobierno apuntan a limitar los márgenes de la libertad individual de los españoles a lo largo de toda su vida. Para ellos, parece que la libertad se limita a la posibilidad de casarse con alguien del mismo sexo y de morir dignamente, si uno lo desea. Esas son libertades que deben ser indiscutidas. Pero es exactamente por las mismas razones que se tiene que avalar, por ejemplo, la total libertad económica que ellos combaten permanentemente.