Los medios hablaban de una “estemecedora denuncia”. Todos buscaban al taxista para lincharlo. Sofía se había convertido esta semana en la estrella del feminismo de Rosario y sus entrevistas copaban las redes sociales en todo el país. Muy pocos advirtieron que podía tratarse de una locura. Sin embargo, algunos valientes se animaron a escribir en sus redes sociales que la denunciante del momento era una feminazi socialista y trastornada. Así fue. Escrachó y denunció a un pobre trabajador sin pruebas y terminó culpando al capitalismo y al patriarcado. Repasemos la historia, que no tiene desperdicio.
“Cuando agarra por Entre Ríos, el señor, el taxista, empieza a escuchar un audio, donde un hombre le detallaba tipos de comida que quería”, manifestó la denunciante ante la prensa, que tomaba sus declaraciones con preocupación. “El primero era un carlitos (sándwich) de jamón…no sé si era con queso, sin mayonesa y con ketchup y yo dije…algo ilegal es porque claramente no es un delivery, es un taxista”. Este intercambio gastronómico le dio a entender a Sofía que algo raro pasaba y que podía ser víctima de un secuestro. Pero para ella el segmento que continuó fue determinante.
El conductor y su interlocutor comenzaron a hablar de una pizza de mozzarella. La pasajera interpretó que “pizza” era una palabra en código por su condición de mujer, que el “queso” hacía referencia a su “tez media” y que como dijeron “quemada arriba”, estaban hablando de ella. Resulta que es morocha, así que…¿a qué otra cosa podían estar haciendo referencia?
Sofía se bajó del taxi y denunció al hombre, que tuvo que presentarse a la justicia y ante los medios de comunicación para dar su versión de los hechos. Como pocos se animaron a advertir, se trataba solamente de un hombre que hablaba con su hijo sobre lo que pedirían para comer luego de finalizar la jornada de trabajo.
Aclarada la cuestión, la atención se enfocó nuevamente sobre la pasajera-denunciante, quien pidió disculpas por haber “escrachado y denunciado” al pobre hombre sin prueba alguna. Sin embargo, la cosa no quedó ahí. Según los medios locales, la joven repartió algunas culpas para explicar lo sucedido. Desde sus redes sociales, que ya están cerradas para los que no son sus contactos habilitados, Sofía habría asegurado que todo es consecuencia “del capitalismo”, “del patriarcado” y de su padre, que aparentemente le prestó poca atención cuando era chica.