Los que están dudando con la especulación cambiaria en Argentina pueden evaluar si compran o venden dólares para hacer una diferencia en una hora o en otra, o a lo sumo al día siguiente. Pero lo que no admite duda alguna es que con el correr de los días y las semanas… la tendencia será siempre al alza. Siempre.
El nuevo récord del blue (mercado nergo) a 167 volvió a disparar la ola de rumores sobre la apertura del mercado de cambios del próximo martes. Por estas horas se habla de una nueva devaluación o un “desdoblamiento” (confirmación oficial de múltiples tipos de cambio). Esta fallida herramienta monetaria, que ha fracasado siempre en Argentina (y en todo el mundo), muestra en la experiencia reciente venezolana que es caldo de cultivo para la corrupción. Los amigos del poder consiguen permiso para adquirir divisas baratas y luego las venden por mucho más en el mercado negro. Es lo que pasará aquí si se sigue insistiendo con toda esta locura estatista y dirigista, que incrementa las regulaciones en lugar de solucionar los problemas de fondo.
De la misma manera que publicamos el 18 de agosto “Vengo del futuro: el Gobierno fracasó y el dólar se fue a la mierda” y “Vengo del futuro: se terminaron los 200 dólares mensuales en Argentina“, lo que viene también es cantado: suba y escasez del dólar y devaluación permanente del peso. No hay que ser adivino ni un analista talentoso. Las causas están a la vista de todos, salvo del Gobierno que sigue haciendo locuras incomprensibles.
Falta de programa económico
Alberto Fernández ya dijo que no quiere saber nada de un “plan económico”. O sea, el plan es que no hay plan. En momentos de incertidumbre económica y monetaria, lo cierto es que el mercado necesita un rumbo claro y un norte. Cuando Carlos Menem presentó el plan de la convertibilidad “1 a 1” con el dólar, podría haberlo establecido con el Austral a 10 000, paridad con la que arrancó el peso convertible. Pero las autoridades de entonces comprendieron que era necesaria una señal fuerte y así la dieron. Los argentinos confiaron en el programa y la cotización del dólar dejó de ser noticia por una década completa en el país.
Gasto púbico delirante
En una entrevista televisiva de esta semana, el ministro de Economía, Martín Guzmán, reconoció impunemente que el Gobierno no piensa reducir el gasto público. Dijo que busca una utilización más eficiente de los recursos del Estado, pero que el recorte no estaba en los planes del oficialismo. Dado que la presión impositiva es imposible e incompatible con la inversión y la crisis lo único que hace es cerrar empresas, lo único que van a conseguir es el derrumbe de la recaudación. Por lo tanto seguirán apelando a la maquinita de imprimir papelitos de colores.
Emisión monetaria indiscriminada
No es menor que Argentina haya tenido que importar sus pesos de Brasil. La Casa de la Moneda, bajo las órdenes de uno de los peores Bancos Centrales del mundo, no da para más y necesita que le manden pesos del exterior que se devalúan en el camino. En lo que va del año, y con la economía en caída libre, el Central asistió con 1,7 billones de pesos al Tesoro. Pero en el kirchnerismo dicen que la relación entre la emisión y la inflación es un “mito neoliberal” ¿Qué puede salir mal?
Problemas con el sector agropecuario
Lo único que le puede otorgar un considerable ingreso de divisas al Gobierno para un alivio cambiario es el sector exportador, de la mano del pujante mercado agroindustrial argentino. El tema no menor es que los productores, al ver el incremento del desastre cambiario, prefieren (con toda razón) esperar a ver qué pasa. La demora de la liquidación puede generar, además de la falta de dólares para las arcas públicas, un nuevo conflicto político que puede llegar a poner en discusión la propiedad privada. Si el campo decide no vender, no pasará mucho tiempo para que el cristinismo manifieste que su especulación perjudica al país. Conflicto en puerta que puede terminar de dañar la poca certidumbre que tenga el sector privado.
Retorno a la normalidad y aumento en la velocidad de circulación del dinero
De a poco la vida comercial retoma su curso y la moneda nacional devaluada comienza a circular con mayor velocidad. Tarde o temprano los bancos tendrán que abrir normalmente y la gente podrá disponer de la totalidad del sueldo a principio de mes, para sacarse de encima la mayor cantidad de pesos. Esta situación se complementará con el final de las medidas de emergencia, como el congelamiento de las tarifas, que terminará generando una presión importante en el índice de inflación, absolutamente reprimido y distorsionado.
Resumiendo, no hay motivo científico y económico alguno en esta circunstancia que pueda hacernos suponer que el destino de las pizarras sea diferente al de 200, 250, 300, 400, 600 y así sucesivamente.