El titular del Banco Central de la República Argentina, Miguel Pesce, es medio marxista. No sabemos si de Karl, pero definitivamente sí de Groucho. En sintonía con la famosa frase que decía algo como que “no pertenecería a un club que me admitiera como socio”, el encargado del monopolio monetario del peronismo hace algo parecido.
Aunque las autoridades nacionales insisten en sugerir (e imponer) el ahorro en los devaluados pesos argentinos, Pesce reconoció que no predica con el ejemplo. Aunque no es nuevo el dato que la clase política prefiere el dólar, como todos los que pueden elegir, el doble discurso por parte del encargado del desprestigiado Banco Central es significativo.
Luego de su primera gestión con el kirchnerismo, finalizada en 2015, Pesce tenía un activo de 53 880 dólares ahorrados. Según su última declaración jurada, presentada por la Oficina Anticorrupción, el funcionario a cargo de implementar el control de cambios reconoció que ya tiene 258 373 dólares. Otro dato de color importante que muestra la hipocresía total de los referentes del Frente de Todos: aunque tiene pequeños montos en tres cajas de ahorro, la mayoría (203 142) lo tiene en efectivo disponible al alcance de su mano. Cabe destacar que las autoridades, además de forzar el “ahorro” en pesos, insisten a diario en que no hay chances de un nuevo saqueo a las cuentas bancarias. Lógicamente, nadie lo cree y la gente retira sus dólares de los bancos cuando consigue turno.
Desde que inició la cuarentena, las entidades bancarias atienden exclusivamente con turno y las cajas están cerradas para la demanda de pesos. Los argentinos tienen limitado el acceso a efectivo con la tarjeta de débito. Esta restricción es para el economista y fundador del CEMA, Carlos Rodríguez, un nuevo “corralito”.
Cepo para rato y nuevas devaluaciones a la vista
En la jornada de ayer, Pesce participó de una reunión con dirigentes del mundo empresarial de todo el país, que le consultaron sobre las posibilidades de flexibilizar el control de cambios. Reconociendo la complicada situación, el titular del Central les confirmó que la única posibilidad de un escenario favorable está atada a la suerte de un incremento considerable en las exportaciones agropecuarias. Solamente con un flujo extraordinario de dólares que ingresen al país de su sector más productivo podrían darle un alivio al super cepo cambiario. Claro que los productores agropecuarios perciben una nueva devaluación en cualquier momento y buscan ganar tiempo, demorando la liquidación.