El 17 de junio de 2018, Mauricio Macri pronunció una frase que, sin saberlo en el momento, quedó grabado en el historial de la política nacional. Como el “si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla” de Galtieri, el “hay que pasar el invierno” de Alsogaray o el “¿qué te pasa? ¿estás nervioso Clarín?” de Kirchner, el “pasaron cosas” del expresidente se convirtió en una de las frases que llegaron para quedarse. Sobre todo en épocas de redes sociales donde estas manifestaciones se traducen en memes.
La frase salió de manera espontánea en un mano a mano con Jorge Lanata, donde Macri quería explicar y justificar, sin mucho éxito, el descarrilamiento de la economía argentina, a un año de tener que entregar el poder. La promesa de campaña “pobreza cero” ya era absolutamente incumplible e incluso se comenzó a especular por esos días con una salida temprana de la Casa Rosada.
“Y veníamos bien, pero de golpe pasaron cosas, porque también el mundo está volátil”, dijo Macri en aquella oportunidad. La oposición kirchnerista y la izquierda se hicieron un plato, con una broma que dura hasta hoy.
Lo cierto es que pasó lo que tenía que pasar. Macri heredó una situación insostenible, pero en lugar de hacer las reformas necesarias para corregir el desajuste eligió el endeudamiento y patear el problema para adelante. Pasaron cosas quiere decir “se acabó la confianza y no nos prestaron más”. Era inevitable. El único misterio era cuándo podían pasar “esas cosas”.
Con respecto a cuestiones inevitables, y a lo absolutamente predecible, cuyo único misterio es la fecha del suceso, esta tarde Alberto Fernández, también lamentándose, pareció reeditar el “pasaron cosas” en versión justicialista.
El tema en cuestión la pandemia de la COVID-19 y el aumento de contagios en todo el país. Aunque el Gobierno eligió una cuarentena absurda y cavernaria, de un primer momento era evidente que tarde o temprano los casos se multiplicarían en todo el territorio nacional. Así ocurrió. Luego de fundir al sector privado con una batería de medidas improvisadas y violatorias de las libertades individuales básicas indispensables, el coronavirus ya está en todo el país. No dijo “veníamos bien, pero de golpe pasaron cosas”, pero parecido.
“Y cuando sentimos que empezábamos a dominar el virus allá en el área metropolitana de Buenos Aires nos dimos cuenta que el virus, seguramente por esa concentración que tiene la Argentina, se había diseminado en todo el país”, se lamentó hoy Alberto.
Ya sin excusas para justificar el fracaso de la política oficial, el presidente decidió ponerse místico, ya que no tenía nada concreto que decir. “Yo creo que por algún motivo el destino ha decidido que nos toque vivir en este tiempo esta pandemia. Porque tal vez los argentinos necesitamos que aparezca un virus que nos una”. Incalificable.