La pifió con el tiempo. Le erró al cálculo y ahora tiene que ver cómo puede reubicarse en sintonía con el proceso político vigente. Norberto Oyarbide puede que sea tanto víctima como victimario de un sistema perverso donde la justicia es lo de menos y lo importante pasa por otro lado.
Aunque el exjuez saltó a la fama en los noventa por cosas que no vienen al caso aquí, fue durante el kirchnerismo que Oyarbide estuvo en boca de todos. Para el espacio de Néstor y Cristina se trataba de un juez probo, pero para la oposición representaba el magistrado a la medida del matrimonio presidencial. Fue en su despacho donde cayó la causa del supuesto enriquecimiento ilícito vinculado al patrimonio de los Kirchner. En tiempo récord, el entonces juez sobreseyó a Néstor y Cristina y aseguró que estaba todo conforme a la ley y que no había absolutamente nada para cuestionarles. Medio país explotó de la ira y se empezó a preguntar cuál sería el destino de Oyarbide cuando el kirchnerismo tenga que dejar el poder.
El misterio no tardó mucho tiempo en resolverse. Ni bien asumió Mauricio Macri la presidencia, Norberto Oyarbide le presentó la renuncia al Poder Ejecutivo Nacional. Aunque sectores vinculados al expresidente recomendaron no aceptarla, para que el jurista deba someterse a un jury de enjuiciamiento, Macri le aceptó la dimisión apenas entró a su despacho de la Casa Rosada.
Con las causas de corrupción y las primeras condenas agobiando a referentes del kirchnerismo, Oyarbide dio un paso en falso. Creyó que el Cristina, presa o no, era historia políticamente hablando y, como se dice por estos pagos, desembuchó todo en una entrevista radial. Hoy, a dos años de ese episodio, el que parece haber sido historia finalmente es Macri y Kirchner volvió a la cumbre del poder en Argentina. Que la experiencia de Oyarbide le sirva al que le sirva… aquí parece que al final…”uno nunca sabe”, ¿vio?
El 10 de agosto de 2018 publicábamos “Otro que le da la espalda al kirchnerismo: se quebró su juez de bolsillo“. Por aquellos días, Oyarbide le pedía ayuda a Macri, ya que temía por su vida: “Si me quieren matar, que me maten. Ya está. Ojalá el presidente escuche todo esto”, decía entre lágrimas Oyarbide hace casi 23 meses.
En el recordado mano a mano con Baby Etchecopar, el ya exjuez no dejó dudas sobre el contexto en el que dictó aquel polémico sobreseimiento:
“Yo sobreseí en base a todo lo que me dijeron. Había que hacerlo. Y así fue que transcurrió. Esa es la pura verdad. Fue el mismo fin de semana que él se murió. ¡Mirá que desgracia!”, señaló respecto al fallo de 2010, cuando murió Néstor Kirchner.
“Tenés que tener un poco de vergüenza”
No pasaron ni dos años y Argentina es otra. Macri, que acababa de ganar por entonces una elección legislativa, venciendo a CFK en Buenos Aires, no pudo con la crisis económica y se tuvo que ir por la puerta de servicio. Con cepo cambiario, alta inflación, ley de abastecimiento, endeudamiento descomunal y al borde del default, Cambiemos dejó el poder en manos de la alianza de Alberto y Cristina. De haber sabido todo esto, Oyarbide hubiese guardado silencio. Ahora es tarde.
Esta mañana, el exjuez dijo que aquel Mauricio Macri, al que le pedía auxilio en llanto, era un hombre que lo miraba con “la cara llena de odio” y que supuestamente le dictaba las preguntas a los fiscales. Dijo que Stornelli, cuando lo recibió lo trató de manera soberbia y altanera, al tomarle declaración. ¿Néstor y Cristina? Dijo que nunca los vio en su vida. Con respecto a aquella llamada con Baby Etchecopar, Oyarbide dijo que fue una solicitud del conductor radial y no un llamado suyo. Decir poco convincente sería poco.
“No entiendo de dónde apareció Baby Etchecopar tirando crotoxina no entiendo. Por qué lo eligieron a él para que me llamen”, dijo hoy en un programa de orientación K.
Con respecto al futuro, Oyarbide ya no tiene ganas de declarar los sucesos como ocurrieron, tal cual manifestó en 2018. Ahora dice, por sobre todas las cosas, que es leal:
“Yo soy enano, trolo o lo que me quieran decir. Pero traidor no soy y mentiroso menos”.
Etchecopar, que le dio el micrófono en aquella oportunidad y lo trató muy cordialmente, hoy repasó el audio de archivo y le recomendó a Oyarbide tener “un poco de vergüenza”. Debería…