La crisis del coronavirus (COVID-19) se cobró una nueva víctima en Argentina. No una vida humana, pero sí una política. Alejandro Vanoli, titular del ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) dejó su cargo esta noche. En realidad, por estas horas, lo único que se sabe es que se le “pidió” la renuncia. Generalmente, en los casos similares, las noticias que irrumpen en los medios tienen que ver con una salida ya efectiva y luego trasciende si fue voluntad del renunciado o si hubo pedido del Poder Ejecutivo. En el caso de la caída de Vanoli, la noticia fue el pedido de renuncia por parte del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. ¿Hubo resistencia a la salida y se tuvo que “marcar la cancha” públicamente? Sabremos en los próximos días, seguramente.
Vanoli había quedado muy golpeado por un cuestionado episodio de hace un par de semanas, en medio de la cuarentena obligatoria. Por falta de coordinación entre las entidades bancarias y las autoridades gubernamentales, el día que abrieron sus puertas los bancos por primera vez, miles de jubilados se amontonaron peligrosamente para cobrar sus haberes. El entonces titular del ANSES, en lugar de aceptar su parte de la responsabilidad, habló de “cuestiones psicológicas” de los argentinos de buscar el efectivo lo antes posible. El episodio enfureció a Alberto Fernández. Probablemente su suerte estaba echada desde entonces.
El funcionario, que todavía no tiene reemplazo confirmado, llegó a la gestión del Frente de Todos de la mano de Cristina Kirchner. Vanoli fue su último banquero central y su cargo seguramente obedeció a la negociación política entre el peronismo tradicional y el kirchnerismo. Hay que ver si Alberto otorga otro espacio de poder a la expresidente o si la salida del funcionario K crea un nuevo chispazo en el oficialismo argentino.
Lo único que trascendió esta noche, es que Cafiero le hizo llegar al economista despedido que el presidente deseaba un ANSES “más dinámico” de lo que Vanoli pudo ofrecer.
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