La dupla de Alberto Fernández y Cristina Kirchner genera de todo menos certidumbre. Para algunos representa la ilusión, para otros el caos inevitable. Unos piensan que se viene un divorcio inminente y otros que mantendrán una sociedad por interés, más allá de quien tenga la batuta. Mientras que Mauricio Macri sigue girando por el país con las masivas convocatorias del “sí se puede”, las proyecciones luego de las primarias del 11 de agosto darían a entender que el Frente de Todos será gobierno dentro de poco tiempo.
La expresidente tuvo una relación muy tirante con el peronismo tradicional, que es evidente que se siente más cómodo bajo el ala de su exjefe de Gabinete. Pero lo cierto es que para el justicialismo no hay nada más pacificador que el poder, por lo que todas las diferencias pueden ir por debajo de la alfombra, al menos por un tiempo.
Si este domingo se repite medianamente el escenario de las primarias, en caso de conflicto (o de necesidad de disuasión, cual conflicto nuclear durante la Guerra Fría) Fernández contaría con más armas que su compañera de fórmula.
Los gobernadores peronistas, más cerca de Alberto
Del posible escenario de 16 provincias peronistas, a simple vista aparecen 12 gobernaciones más afines al candidato a presidente. Estas son las de Tucumán (Manzur), San Juan (Uñac), Santa Fe (Perotti), San Luis (Saa), La Pampa (Zilotto), Catamarca (Jalil) y La Rioja (Quintela). De los cuatro líderes provinciales que se encuentran más vinculados a CFK tenemos dos más “seguros” y otros que podrían estar dispuestos a negociar. La provincia de Santa Cruz, con Alicia Kirchner, hermana del fallecido Néstor, y Buenos Aires (el distrito más importante) con Kicillof, son dos piezas incondicionales de Cristina. Capitanich, de Chaco e Insfrán, de Formosa, podrían llegar a mostrar algún tipo de pragmatismo en sus lealtades, sobre todo si tenemos en cuenta la necesidad de los fondos nacionales para dos provincias dependientes.
En diputados, más peronismo puro
Siguiendo un eventual resultado similar al de agosto, el PJ contaría con 54 bancas “puras”. Otro capital de Alberto Fernández es el bloque de Sergio Massa, que cuenta con la nada despreciable suma de 9 legisladores nacionales. Cabe destacar que Alberto y el exintendente de Tigre fueron fundamentales para el armado neoperonista y que tienen una sólida relación personal. El actual candidato a presidente fue nada más ni nada menos que el jefe de campaña de Massa cuando enfrentó al kirchnerismo electoralmente.
Por el lado de la exmandataria habrían 19 bancas “cristinistas” y 21 legisladores de “La Cámpora”, la agrupación juvenil impulsada por Néstor Kirchner en su momento, que ganó varios espacios de poder.
Completan el espacio en diputados 9 legisladores pertenecientes al sindicalismo de la Confederación General del Trabajo (CGT).
El senado, el bastión al que aspira Kirchner
De triunfar el Frente de Todos, la exmandataria se convertiría automáticamente en la presidente del Senado, por lo que estaría a cargo de la Cámara Alta (un trabajo complicado, que a Gabriela Michetti le costó muchísimo). En senadores la cosa estaría más repartida: quedarían 18 legisladores presumiblemente albertistas y 17 presumiblemente cristinistas. Pero el poder y la influencia de la exmandataria allí sería cosa seria. Cabe destacar que el senado peronista fue la muralla donde se frenaron los pedidos de desafuero, luego de los pedidos de prisión preventiva contra la expresidente.