Carlos Melconian, que cuenta con una importante trayectoria como consultor, fue el hombre elegido por el expresidente Carlos Saúl Menem para la construcción del plan económico en 2003. Por aquellos días, el riojano andaba buscando su tercer mandato luego del fallido Gobierno de Fernando de la Rúa y la crisis de 2001. Su discurso era la defensa de las reformas realizadas durante los noventa, pero el arrepentimiento del incremento del gasto (y por ende del endeudamiento y el déficit fiscal). Para el programa ortodoxo había elegido al “armenio”, que por entonces lucía un nutrido bigote.
La historia puso a Néstor Kirchner en la Casa Rosada aquel año, pero Melconian decidió permanecer en la política. Acompañó activamente a Mauricio Macri desde el comienzo del PRO y ambos fortalecieron una amistad que dura hasta estos días. Pero el vínculo humano y la solidez profesional de Melconian no alcanzaron para que el actual presidente lo pusiera al frente de la cartera de Hacienda.
Macri se rehusó a aplicar el plan de shock que le proponía el economista y se decidió por el fallido programa gradualista. A “Melco” le dieron el premio consuelo del Banco Nación, pero poco tiempo después también fue eyectado de allí por sus críticas al plan económico. “Ojo que se puede ir todo a la mierda“, dijo cuando se fue del Gobierno. Y así fue.
Luego de las primarias del 11 de agosto, y de la abultada victoria de Alberto Fernández sobre Macri, Melconian publicó un libro: Cantar la justa (Carta al próximo presidente del país). Aunque el resultado de la elección de octubre está casi “cantado”, valga la redundancia, el economista se mantuvo al margen de la discusión de las personas y de los nombres propios: “No importa quién sea el próximo presidente, el plan económico que hay que aplicar es exactamente el mismo y ya no hay espacio para otras cosas”, dijo, palabra más o menos, en varias entrevistas.
Si algo le faltaba a la interna peronista (ayer las “organizaciones sociales” ignoraron el pedido de Alberto y salieron a acampar frente al Congreso) era el pedido del candidato a presidente del Frente de Todos a Carlos Melconian. En medio de una creciente tensión con la izquierda kirchnerista, Fernández le pidió al “armenio” que le diseñe un plan económico integral para poner en marcha a partir del 10 de diciembre.
El encargado de filtrar la información, con segura aprobación del mismo Fernández, fue el influyente periodista de La Nación, Carlos Pagni, quien aseguró que Melconian ya se encuentra trabajando en el programa en cuestión.
Aunque el dato ilusione a los que ven a Alberto rubio y de ojos verdes (y que esperan que realice el plan económico que Macri no se animó a implementar) o espante al kirchnerismo duro que lo lleva de candidato a regañadientes, no es momento de sacar conclusiones definitivas.
Lo que sí se percibe es que Fernández está decidido a dar las señales correctas, pero ya no cuenta con demasiado espacio para insistir hacia la “derecha”. Desde el mismo Frente de Todos ya aparecen las voces disidentes que pretenden marcarle la cancha. Por ahora, a poco más de un mes de las elecciones y a tres meses de la asunción del próximo Gobierno, no hay mucho más que esperar. Tomar en cuenta todos estos datos, pero esperar.