Tras el triunfo en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto, Alberto Fernández se ha esforzado para mostrarse como moderado. “No soy Venezuela”, “quiero un modelo capitalista”, “somos mucho más que el kirchnerismo”, “yo no soy Cristina”, “no voy a cerrar la economía”, han sido algunas de sus declaraciones. El candidato a presidente del Frente de Todos también buscó dar tranquilidad mediante sus reuniones: vio a banqueros, empresarios y hasta se juntó a conversar con Marcos Galperín, el dueño de Mercado Libre.
Pero también tiene otros “apoyos” que le marcan la cancha y le generan un dolor de cabeza. El partido de las FARC (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común) celebró en su página oficial el triunfo en las primarias del binomio Fernández-Fernández. Para la agrupación, el frente que lleva a Cristina Kirchner como candidata a vicepresidente representa “los nuevos vientos de democracia de América Latina y el Caribe”.
“El partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común-FARC manifiesta su complacencia por el excelente resultado obtenido en la jornada electoral de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, (PASO), en Argentina el pasado domingo por el Frente Todos, encabezado por Alberto Fernández y Cristina Kirchner”, resalta la información de prensa.
En el escueto, pero claro comunicado, el partido de las FARC cita al sociólogo Atilio Borón, máximo defensor del chavismo en Argentina, que señala que Mauricio Macri sufrió una “derrota catastrófica en las urnas”.
De guerrilleros a diputados
Colombia padece la guerra civil más larga del continente. La guerrilla de las FARC ha sido la principal fuerza criminal que combate al Ejército de este país y que amedrenta a la población. A lo largo de su historia ha contribuido significativamente con la cifra que supera los 200 000 muertos, 45 000 desaparecidos y más de 7 000 000 de desplazados a causa de la ola de violencia liderada por grupos ilegales.
Pese al legado sanguinario de esta agrupación, vinculada y financiada por el narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión, el tráfico de persona, el secuestro y los Gobiernos de izquierda de la región (Cuba bajo la dictadura Castro, la Venezuela chavista, Ecuador bajo Rafael Correa), hoy diez de sus jerarcas, la mayoría de ellos con delitos de lesa humanidad en su prontuario, gozan de inmunidad parlamentaria.
Esto se debe a que desde el 2017, respaldados en lo acordado con el expresidente Juan Manuel Santos en La Habana (Cuba), bajo el amparo de la dictadura Castro, conformaron su propio partido político y ahora no solo gozan de representación parlamentaria sin haber pasado por las urnas, sino que también reciben financiamiento del Estado.
Sin reparo alguno tomaron las mismas siglas de su grupo armado, FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), y las adaptaron para formar el partido político: FARC (Fuerza Revolucionaria Alternativa del Común).
La firma del acuerdo suponía la dejación de armas, sin embargo, una fuente de inteligencia del Ejército le informó en 2018 al PanAm Post que los líderes de esta guerrilla habían optado por abordar la política colombiana sin dejar de lado la lucha armada. Es por esto que hoy a lo que se suele llamar “disidencias de las FARC” no serían más que guerrilleros a quienes el alto mando les habría ordenado seguir en la ilegalidad controlando los negocios que esta guerrilla ha manejado durante décadas.
FARC en Colombia son lo que Montoneros no pudo ser en Argentina
Justamente en Cuba, donde se pactó el acuerdo de La Habana, al menos 3 800 guerrilleros argentinos se formaron para imponer por la fuerza la dictadura socialista en la década de 1970.
Antes del golpe cívico militar de 1976, las guerrillas Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros desestabilizaron el Gobierno por medio de atentados terroristas, lo que causó que los militares tomaran el poder.
Durante su Gobierno, Cristina Fernández de Kirchner, quien hoy es la formula vicepresidencial de Alberto Fernández, no solo reivindicó a estas guerrillas, sino que —al igual que su esposo y predecesor en la presidencia— usó recursos del Estado para solventar a las familias de los terroristas.
De modo que esta alianza, hasta ahora anunciada unilateralmente desde Colombia, es coherente con el legado de los Kirchner en Argentina.
Queda en manos del aspirante a la presidencia abrazarlo o rechazarlo, y de ese modo marcar la línea que dice tener: moderado, abierto al libre mercado y lejos de dictaduras socialistas como la de Venezuela, que por años fue apoyada por los Kirchner.
Nota elaborada en conjunto con Mamela Fiallo Flor.