En la Argentina de la crisis todo cambia de un momento a otro y las noticias son siempre para peor. Desde que se confirmó la victoria aplastante de Alberto Fernández sobre Mauricio Macri el país es un incendio. Los portales de Internet ya ni se molestan en editar los artículos y solamente cambian en los titulares el precio del dolar y el valor del riesgo país. Sin embargo, las dos presentaciones del presidente, luego del resultado, el mismo domingo y ayer por la tarde, mostraron a un sujeto abatido, pero también alejado por completo de la realidad.
En el artículo del PanAm Post del lunes, titulado Macri tiene una última chance, pero se niega a aceptar la realidad, donde hago referencia a la remota posibilidad de que el presidente renuncie a su candidatura para apoyar a Roberto Lavagna (que quedó tercero con un 8 %), compartí con los lectores una preocupación: el Gobierno está acabado, pero Macri no se da cuenta y sigue afirmando que podrá acceder a una segunda vuelta para ganarle el balotaje a Alberto Fernández. Ante la incompatibilidad de su ilusión con los datos de la realidad y el costo que pagará por esto el país de aquí a octubre, mencioné:
Dados los números de ayer y la crisis de hoy, esto (la eventual victoria de Macri) no parece obedecer mucho a lo que está ocurriendo en la realidad. Esta circunstancia muestra dos posibilidades arriba de la mesa: que el presidente argentino perdió el juicio y está completamente desubicado en tiempo y espacio, o que llamó al vencedor de las PASO (primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) para un programa de emergencia y este se negó a comenzar un diálogo para una transición ordenada. Las dos cosas serían muy malas noticias para el país.
Una vez publicado el artículo, trascendió lo que ocurría detrás de bambalinas. Efectivamente, Macri estaba completamente perdido, pero no por la posibilidad que yo consideré (la negativa de Fernández en colaborar con la gobernabilidad). Fueron los mismos funcionarios de Gobierno los que le reconocieron a la prensa, off the record, que el candidato a presidente del Frente de Todos, directamente no le atendía el teléfono a Macri. Esta actitud irresponsable explica los motivos detrás de la presentación incomprensible del presidente ayer en conferencia de prensa.
Todo parece indicar que en la comunicación existente en las segundas líneas (Rogelio Frigerio, ministro del Interior, y Wado de Pedro, diputado kirchnerista) queda en evidencia que no habría acuerdo para la conversación entre los “jefes”. Desde el macrismo aseguran que Alberto no quiere colaborar, sino que busca la “rendición incondicional” del frente Cambiemos. Desde el Frente de Todos indican que el Gobierno “no convoca” y que es el único responsable. Paradójicamente, Macri dice que el único responsable por la crisis de las últimas horas es el kirchnerismo, por la “desconfianza que genera en el mundo”. En la tarde de hoy se filtró una captura de pantalla de un chat de los ministros, donde un integrante del grupo dice: “nos quieren canjear gobernabilidad por rendición”.
Conociendo las características del peronismo y del macrismo, todo indica que ambas versiones son correctas. Es más, se complementan perfectamente. Desde Juntos por el Cambio consideran que lo que Fernández requiere es que el Gobierno ya comience la retirada y desde el Frente de Todos, basándose en la experiencia, señalan que el oficialismo los usará para tranquilizar las aguas y no cumplir el acuerdo. Fue el mismo Massa el que le recomendó a Alberto que no confíe en Macri, ya que “primero pide ayuda y después clava el puñal por la espalda”.
Pero mientras estos dos jugadores no se ponen de acuerdo y se señalan con el dedo, el riesgo país sigue volando y el peso se derrite como el hielo en el desierto. En este contexto, no son buenas las noticias que se han escuchado de ambos bandos en las últimas horas: desde el Gobierno se propone pedir un préstamo multimillonario a los Estados Unidos para abastecer la demanda de dólares hasta las elecciones, y desde el peronismo se propone “desdoblar” el mercado de cambios. Una propuesta fallida que ya tiene historia en el país… y un récord de 100 % de fracasos.
Si Macri sigue pensando que puede hacer cualquier cosa para remontar su situación política, y si desde el peronismo no se ofrece una actitud más constructiva, dentro de 75 días, para la fecha de las elecciones, la situación del país será catastrófica. Y eso no le conviene a ninguno de los dos. Después del desastre, alguien se va a tener que hacer cargo.