La lealtad le está dando un dolor de cabeza a la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. La dirigente de la política con mejor imagen a nivel nacional reconoce que si no fuera por el apoyo de Mauricio Macri no estaría en el lugar que ocupa y decidió retribuir. Aunque mantener los códigos la deje sin nada.
Aunque podía “desdoblar” las elecciones locales e ir a la urnas en un día diferente a la contienda nacional, Vidal fue orgánica y llamó a los comicios en la misma fecha que Macri se juega su reelección. Van con boleta pegada. Es decir, la gobernadora irá en la misma papeleta que el presidente, en uno de los distritos que Macri la tiene más complicada. Y en uno de los sitios donde Cristina Fernández de Kirchner es más fuerte. O sea, va a todo o nada.
Además de enfrentar a la expresidente en uno de los bastiones más kirchneristas, con la cara de la misma CFK en la boleta como postulante a vicepresidente, Vidal compite con el economista de referencia de Cristina: Axel Kicillof.
Para poner en números el problema que le está trayendo el acto de lealtad a la actual gobernadora, solo falta decir que según mediciones recientes, Vidal le estaría sacando 5 puntos de ventaja a Macri. Es decir, que un importante sector del electorado se tomaría la molestia de cortar la boleta en el espacio de la candidatura de presidente para elegir otra opción a la nación, llevando a Vidal como gobernadora. Este “ancla” del Macri golpeado en el conurbano bonaerense, por ahora, la tiene un punto y décimas por debajo de su rival kirchnerista.
Con los números en contra, Vidal puso en marcha el operativo “alarma”. En una reunión con empresarios en la ciudad de La Plata, la actual gobernadora le dijo a los hombres de altos recursos (e intereses) que podía perder tranquilamente la elección a manos del candidato pintado de “marxista”. De esta manera, y con muy poco de inocente, el as de Mauricio Macri busca comprometer a los sectores de influencia para volcar la balanza a su favor. Es una elección sin segunda vuelta, las encuestas están muy parejas y cada voto cuenta. Vidal espera que los grupos empresarios de la provincia consideren que de no comprometerse para que la candidata afín revierta la situación, el resultado podría llegar a ser muy caro.
Habrá que ver si la estrategia logra movilizar al “círculo rojo” de cara a las primarias que se realizarán el próximo 11 de agosto.