Argentina es uno de los destinos más elegidos por los venezolanos que tuvieron que escapar de la descomunal crisis venezolana causada por Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Muchos logran conseguir diversos empleos y se desempeñan con nuevos colegas argentinos, y otros, con algún pequeño capital propio, pueden iniciar algún emprendimiento.
Ese fue el caso de Alexander Fajardo, que decidió abrir un bar y restaurant en el barrio porteño de San Nicolás. Su objetivo era poder conseguir los recursos suficientes como para poder traer a su familia, todavía en Venezuela. Pero además de la comida tradicional, sus platos de autor y los tragos del caribe, Fajardo decidió que el local tenga una temática clara: la protesta y el repudio al chavismo, que tanto daño le causó a su familia y a sus compatriotas. Como para que no queden dudas llamó al local “Maduro, coño e tu madre”. Dentro del establecimiento, además de las bellas imágenes de los sitios tradicionales de Venezuela, se podían percibir fotos de la represión del autoritarismo gubernamental de su país.
El dueño del local había denominado a la temática como “gastronomía de la resistencia”. Es por eso que en el menú se podían encontrar los tragos y los platos con nombres como “Pepito El Manifestante”, o “Pepito Resistencia”.
Pero los problemas no tardaron en llegar. Un día vio como la cortina del comercio había sido pintada por grupos chavistas en Buenos Aires durante la noche. “Golpistas: Maduro no se va!”, le dejaron como advertencia. En un principio, Fajardo no le dio importancia al episodio y continúo trabajando en su negocio y ahorrando los recursos para traer a su familia a la Argentina.
Recientemente, Fajardo tuvo noticias preocupantes de su mujer en Caracas: “Mi esposa me llamó, me dijo que habían llegado los colectivos al negocio que tenemos en la Universidad Central de Venezuela . Primero empezaron a cobrar vacuna (extorsión), porque ya el cobro de vacuna llegó a la Universidad Central. Me estaban cobrando cierta cantidad de dinero para operar, sino me queman el negocio”, comentó al portal de Infobae.
Pero la situación empeoró cuando se enteraron de que su familia era la propietaria del restaurant en Buenos Aires con la temática crítica a la dictadura. “Se enteraron de que yo era el dueño del negocio en Argentina con el nombre que a ellos les molesta. Directamente hablaron con mi esposa y le dijeron que si yo no quitaba el local, me lo iban a quemar”.
Con la preocupación, no solamente de su comercio en Buenos Aires, sino por su familia en Venezuela, Fajardo tuvo que cerrar el bar y perder su inversión. Las amenazas eran claras: “Si no quitas eso vas a pagar las consecuencias”, le dejaron dicho por medio de sus familiares.
“Hasta aquí me persiguió la dictadura, hasta aquí llegó la desgracia de Venezuela”, comentó Fajardo.