Cuando el último viernes la noticia del tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur estaba firmado, todos los ojos miraron a París. Es que el acuerdo ya estaba listo hace varios meses y siempre era el Gobierno de Emmanuel Macron el que ponía las trabas para avanzar en la concreción. Finalmente, con Argentina, Brasil, Alemania y España como principales motores, la última semana parecía que la novela estaba terminada y los países anunciaron formalmente el acuerdo. El presidente Mauricio Macri incluso confirmó la noticia publicando un audio de WhatsApp de su canciller, Jorge Fauríe, que le comunicaba la buena nueva con la voz quebrada en llanto.
La punta de lanza para percibir que algo no andaba bien (otra vez) en Francia, fueron los medios de comunicación alineados con los lobbys locales, que no tienen ninguna intención de aceptar competencia con los productos latinoamericanos, especialmente la carne; estos el fin de semana criticaron el acuerdo.
Le Figaro, considerado como un medio conservador, advirtió que aunque exista “un balance globalmente positivo” hay “un problema mayor”. “Los agricultores y ganaderos europeos podrían ser los grandes perdedores con la apertura del mercado europeo a la carne vacuna, de ave y el azúcar sudamericano”, publicó el medio.
El diario de izquierda L’Humanité indicó que el acuerdo no es otra cosa que una “conquista” de Buenos Aires, que significará un “saqueo transatlántico” para los intereses europeos.
Por su parte, el económico Les Echos, reconoció que “la píldora será dificil de tragar en Francia“, ya que el mundo agrícola tiene demasiadas “inquietudes”.
Finalmente, la vocera del Gobierno francés, Sibeth Ndiaye, confirmó en la mañana del martes que su país “no está listo para ratificar” el acuerdo. La funcionaria dijo que Francia pedirá “garantías” a los países de América Latina y que se deben evaluar muchos aspectos, como la posición de Brasil sobre cuestiones ambientales.
“No puedo decirles que vamos hoy a ratificar el Mercosur. Francia no está por ahora lista a ratificarlo”, dijo Sibeth para no dejar dudas.
El ministro de Transición Ecológica y Solidaria de Francia, François de Rugy, salió a colaborar con el arsenal de excusas medioambientales y resaltó que no habrá ratificación del tratado “si Brasil continúa con la deforestación” en el Amazonas.
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