El médico Leandro Rodríguez Lastra, de Río Negro, recibió hace dos años a una paciente que le cambiaría su vida para siempre. Una joven de 19 años apareció en su consultorio, descompensada, por haber tomado una droga abortiva proporcionada por una organización que brinda “asistencia” clandestina a mujeres que desean abortar. La pastilla no cumplió con el objetivo y la descompuso, ya que chica tenía un embarazo avanzado de casi seis meses. Había sido abusada sexualmente dentro del seno de su familia.
Rodríguez Lastra, luego de estabilizar a la paciente, que se encontraba en un complicado cuadro producto de la ingesta de la droga en cuestión, constató que no existía ninguna posibilidad de proceder con lo que se denomina “interrupción del embarazo”. La criatura en el vientre de la madre hacía rato que no era un feto, ya era un bebé formado al que habría que, lisa y llanamente, matarlo dentro del vientre materno. Más allá de la cuestión ética de este procedimiento, lo cierto es que la vida de la madre estaba en riesgo ante semejante “intervención”.
Poco tiempo después, el bebé nació y fue dado en adopción a una familia dispuesta a criarlo. Hace dos años que goza de buena salud y tiene una vida por delante. Pero estos dos años se convirtieron en un calvario para el médico de Río Negro. Una diputada de su provincia lo llevó ante la justicia y hoy Rodríguez Lastra recibió un fallo en contra en primera instancia. Si la apelación no tiene éxito, corre el riesgo de perder la licencia e incluso de terminar en prisión.
“En todo momento mantuvo una actitud negadora de la práctica que se le demandaba, a la cual estaba obligado. Queda de lado toda conducta negligente, es una omisión que consiste en la inobservancia de la ley. Allí radica, a mi juicio, el dolo”, argumentó el juez Álvaro Meynet.
Apesadumbrado, el médico escuchó el fallo judicial tomando la mano de su mujer. Al momento que abandonó el tribunal se dirigió a la prensa y reconoció estar “decepcionado”. “Sigo convencido de mi inocencia, vamos a apelar”, aseguró.
Reacción de las organizaciones “provida” y una propuesta
El fallo adverso en primera instancia, si bien no es una condena definitiva, abre la puerta para un posible escenario adverso. Más allá de la posibilidad de un castigo penal, es probable que el médico termine perdiendo su licencia.
La primera reacción de las organizaciones “provida” fue la propuesta de “cadenas de oración” en favor de Rodríguez Lastra. Más allá de las cuestiones religiosas, absolutamente respetables por cierto, la situación requiere también opciones “terrenales”. Las marchas en contra del aborto han dejado en evidencia que millones de argentinos están en contra de este. Seguramente, mucho más en estados tan avanzados, como el del caso en cuestión.
Sería muy auspicioso que estas organizaciones, más allá del respaldo de la fe, que seguramente el médico agradece, puedan articularse en pos de un objetivo: garantizar la continuidad el ingreso económico del especialista, que no hizo más que cumplir con su juramento como profesional.
La figura de Rodríguez Lastra, que puso en juego su carrera y su libertad por defender los valores que más de medio país comparte, puede convertirse en un símbolo de la lucha en defensa de la vida. Colaborar entre todos los que se identifican con su accionar con su situación personal es lo mínimo que se puede hacer en la búsqueda de una mínima consecuencia.