A Néstor y a Cristina Kirchner se les “alinearon los planetas” en 2003. El gobernador de Santa Cruz era por entonces prácticamente desconocido en Buenos Aires y aunque tenía ambiciones mayores, no tenía posibilidades por sus propios medios. Ni el “Círculo Rojo” de la política argentina ni los comunicadores de la capital podían pronunciar su nombre correctamente. Pero una tormenta perfecta lo depositó en la Casa Rosada en pocos meses. El único artífice del milagro fue Eduardo Duhalde. El mismo referente peronista que hoy trabaja para convertir a Roberto Lavagna en presidente.
Enfrentado con Cristina y con un discurso moderado, el expresidente y exgobernador de Buenos Aires ahora dice que la decisión que tomó hace 16 años fue un error. El peor de su vida.
El milagro llamado Néstor
Aunque Carlos Menem y Eduardo Duhalde compartieron la fórmula presidencial de 1989, las cosas no terminaron bien entre ellos. Los planes del vicepresidente eran suceder al jefe político en las elecciones siguientes. Por entonces en Argentina no había reelección, así que los deseos del “cabezón” eran más que posibles. Pero Menem consiguió la reforma y fue por un segundo mandato en 1995. Las cosas entre ellos no fueron igual desde entonces y Duhalde juró venganza.
Se la cobró poco tiempo después luego de la crisis de 2002. Con un peronismo dividido, Menem volvía luego del período de abstinencia que le obligaba la Constitución y Duhalde, en lugar de apoyarlo, se dedicó a buscar al candidato ideal para frenarlo y ganarle. Probó con varios que no medían en las encuestas y ya sin más opciones, se decidió por el gobernador de Santa Cruz. Kirchner subió lentamente, se posicionó segundo y asumió la presidencia ante la renuncia de Carlos Menem, que no quiso competir en el balotaje.
La alianza duró poco. El comportamiento hegemónico de los K no admitía compartir el poder y dos años después de ser electo, Kirchner y Duhalde ya estaban enfrentados dentro del peronismo. El dirigente bonaerense compitió con los K en dos elecciones presidenciales. En la de 2007 fomentó por primera vez a Lavagna y en 2011 jugó él personalmente. En ambas triunfó Cristina Fernández. La tercera podría ser la vencida y esta vez Duhalde podría hacer que su candidato se imponga al kirchnerismo. Pero gran parte de la sociedad todavía le cuestiona que hace 16 años llevó a la presidencia al matrimonio del Sur que terminó saqueando al país con tres gobiernos plagados de corrupción.
“El peor error”
En una entrevista con el periodista Eduardo Feinmann, que le recordó la “joyita” que dejó sentada en el sillón de Rivadavia, el dirigente peronista se mostró arrepentido y dijo que fue un grave error no haber confiado en alguien de su equipo político. “Cometí el peor error de mi vida”, manifestó. Según Duhalde, lo “lógico” era poner a alguien de su propio equipo. Pero se decidió por Kirchner al ver que ni el “Lole” Reutemann ni Felipe Solá levantaron en las encuestas. Kirchner “se presentó, no para ser presidente, sino para darse a conocer”, dijo Duhlalde. Pero el destino le deparó el Poder Ejecutivo, antes de su muerte prematura.
Hoy Eduardo Duhalde respalda la candidatura del economista Roberto Lavagna y busca crear una coalición con diferentes espacios alejados del macrismo y el kirchnerismo.